Un hospital de alta complejidad… para halcones en Qatar

El Souq Waqif se ha convertido en las últimas semanas en el epicentro social del Mundial. Se trata del centro histórico de Doha, un renovado zoco árabe donde se puede encontrar desde telas, adornos y restaurantes, hasta un hospital de alta complejidad para halcones, el ave nacional de Qatar.

Al ingresar al nosocomio sorprende el moderno equipamiento para la atención médica con el que cuenta. Los trabajadores se mueven de un lado al otro, mientras desde los quirófanos escapan pitidos y luces parpadeantes.

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Más allá, un especialista analiza una radiografía, mientras un médico se prepara para operar a un halcón.

En este pequeño y rico país, los halcones están entre los residentes más preciados. En toda la península arábiga son respetados desde hace siglos debido a su capacidad para cazar y proveer alimento a sus dueños, lo que se conoce como cetrería.

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El arte de la cetrería se sigue transmitiendo de generación en generación en Qatar y otros Estados del golfo Pérsico, aunque estas aves son hoy utilizadas también para mostrar la riqueza o posición social de una persona.

Recorrer Doha implica divisar halcones por doquier. Siempre con un cuidador que les cubre los ojos con una especie de casquillo, conocido como caperuza o capirote, que sirve para mantener en calma al ave.

Los halcones compiten en carreras y eventos de belleza. Pueden costar desde 100 hasta 160.000 dólares, por lo que los qataríes están dispuestos a pagar lo que sea necesario para mantenerlos sanos.

Y el Hospital de Halcones Souq Wakif es el lugar indicado para hacerlo. Cuenta con cuatro pisos y 43 unidades de tratamientos, que van desde virología, sala de rayos X, Endoscopía y hasta Unidad de Cuidados Intensivos.

“En la temporada de caza recibimos alrededor de 150 halcones, y en nuestra sucursal de la ciudad de Al Jor recibimos unos 100, por lo que en total estamos atendiendo alrededor de 250 halcones al año”, me cuenta el Dr. Ikdam Majed Al Karkhi, director del hospital.

Las aves son traídas por diversos motivos al establecimiento. En primer lugar, según Al Karkhi, por chequeos iniciales de los halcones. “Cada persona que compra un halcón en Qatar, lo trae y le hacemos un chequeo general. Luego le damos un certificado".

Esa certificación le permite al propietario del ave saber su estado de salud y poder comprar o rechazar la compra del animal.

A la hora de cazar, el halcón puede resultar herido cuando el otro animal se defiende. Si sus alas son dañadas, en el hospital se las reemplazan cuidadosamente.

Para eso, el establecimiento cuenta con una colección de plumas donde buscan la que calce en el ave herida.

El doctor Al Karkhi me muestra plumas con sumo cuidado; me explica que cada una es única, con su propia huella "dactilar" y me cuenta detalladamente cómo la aviación se inspira permanentemente en el vuelo de estas aves.

Por los pasillos del hospital deambulan propietarios ansiosos que traen a sus halcones para revisiones, pruebas médicas, sustitución de plumas y cirugías.

Uno de ellos deja apoyar un halcón sobre mi brazo. El ave me encandila con sus inmensos ojos, a lo que Al Karkhi me explica sobre su súper desarrollada visión que incluye una “especie de zoom”, y me confía un dato increíble: “Si los humanos tuviéramos ojos de halcón, pesarían 40 kilos”.

Para concluir la visita el médico de origen iraquí me cuenta qué significan para él los halcones.

“Esto es como la Copa del Mundo que tenemos ahora. Yo soy un entrenador y el halcón es mi jugador. Yo entreno al halcón durante semanas antes de que comience la época de caza. Cuando vamos juntos al lugar, y veo a mi jugador, a mi halcón cazando, soy feliz”, afirma.

Además, me explica que para él los halcones son un tipo de terapia antiestrés.

“De repente te encontrás en un lugar solo con tu halcón, sin tecnología y es una experiencia indescriptible. Es algo saludable, que se practica desde hace más de 300 años”, concluye.