Cierre de campaña para las primarias
12/08/2011 | 06:30 | El candidato presidencial de la Unión por el Desarrollo Social (Udeso) aseguró que el próximo 10 de diciembre "regresa la República a la Argentina". Defendió su alianza con De Narváez.
El candidato presidencial de la Unión por el Desarrollo Social (UDESO), Ricardo Alfonsín, cerró su campaña para las primarias del domingo con un acto en el que prometió gobernar con "seriedad y ejemplaridad" y aseguró que el próximo 10 de diciembre "regresa la República a la Argentina".
"A partir del 10 de diciembre regresa la República, se terminan los superpoderes, se terminan los DNU, el actual Consejo de la Magistratura, los presupuestos truchos", aseguró Alfonsín en un efusivo discurso en el salón central del Hotel NH City, en el que cargó con fuertes críticas a la Casa Rosada.
Sobre el escenario se mostró junto a su compañero de fórmula, el economista Javier González Fraga, y los principales postulantes del espacio. Pero no estuvo el candidato a gobernador Francisco de Narváez, quien envió en su representación a José "Pepe" Scioli y Mónica López, luego de compartir con el líder radical una recorrida por el populoso distrito de La Matanza.
Tras una prolija presentación de propuestas bajo el formato de pregunta y respuesta a cargo de intelectuales, llegó el turno del discurso de Alfonsín, que arrancó leyendo pero terminó improvisando, ante la algarabía de la juventud radical que coreó dentro del salón consignas contra la presidenta Cristina Kirchner y sus adversarios de La Cámpora.
"Este es el último paso que damos hacia las primarias y el primero en el camino a la Rosada para gobernar la República. Debemos construir un futuro sin pretensiones fundacionales, reconociendo los errores del pasado y los aciertos que nos animaban en el ''83", sostuvo Alfonsín en alusión a su padre Raúl, a quien se mostró más parecido que nunca en sus gestos y tono de voz.
En su mensaje, el diputado pidió "compromiso" a los argentinos y aseguró que trabajará con "ejemplaridad, seriedad, austeridad y sin despilfarro" para alcanzar su principal objetivo: "Construir una Argentina más justa".
En este sentido, el hijo del ex presidente dijo que mandará a la cárcel a los funcionarios corruptos, advirtió que "también irá preso el empresario que fue cómplice" y aseguró que en caso de llegar al poder "los conflictos se procesarán en clave de diálogo y consenso".
"En la Argentina se cambian las reglas de juego: los corruptos van a ir presos", prometió Alfonsín, que además dedicó un pasaje a ratificar su defensa a su acuerdo electoral con De Narváez, ante un auditorio casi enteramente radical.
"Tendremos un Gobierno de integración sin sacrificar nuestras convicciones. A mí no me tiembla la mano al momento de convocar a quienes coinciden en un proyecto, aunque no formen parte del partido", subrayó en respuesta a los cuestionamientos de los detractores de la alianza con "el Colorado".
Antes del mensaje de Alfonsín, tuvieron su tiempo para ofrecer sus palabras los candidatos legislativos Miguel Bazze, Graciela Ocaña, Manuel Garrido, Rodolfo Rodil y Gerardo Morales, aunque el más firme defensor de la postulación de Alfonsín fue llamativamente el senador Ernesto Sanz, ex precandidato presidencial y rival interno del diputado.
"En la Argentina hay un liderazgo autoritario que se alimenta de mucho dinero y discrecionalidad para utilizarlo. Es un liderazgo fuerte pero no democrático. Nuestro principal desafío es demostrar que podemos construir un liderazgo democrático y creo que con Alfonsín somos una fuerza capaz de conducir la Argentina, de generar acuerdos electorales para ganar y acuerdos políticos para gobernar", apuntó Sanz, que fue aplaudido por la militancia.
A diferencia del senador, no participó del acto el otro ex precandidato, el vicepresidente Julio Cobos, quien permaneció en Mendoza para acompañar al postulante a gobernador del radicalismo,
Roberto Iglesias, en su propio cierre de campaña.