Muerte de bebés en el Neonatal: "Alguien se podía disfrazar y no ser detectado"

La quinta semana del juicio por las muertes en el hospital Neonatal de Córdoba abrió con el testimonio de Patricia Seccone, quien estaba a cargo de la Farmacia de ese centro asistencial.

La licenciada indicó que al momento de las muertes de los bebés, en el primer semestre de 2022, el hospital no contaba con un registro de trazabilidad uniforme en cuanto a los medicamentos que se iban utilizando. O sea, cada médica iba llenando una planilla con lo que se iba utilizando, pero si los empleados de la Farmacia (en cuyo equipo también trabajaba una firma tercerizada) observaban algún faltante en un botiquín, lo iban reponiendo.

Indicó que luego de los casos sospechosos, en agosto de 2022 ella inició un relevamiento por su cuenta y detectó que en junio se habían utilizado 20 dosis de potasio sin que se haya asentado la debida justificación.

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En ese punto, destacó que varias de esas dosis de potasio fueron utilizadas días después de los últimos eventos sospechosos. En ese momento, la enfermera Brenda Agüero y otros empleados ya habían sido licenciados de manera forzosa por parte del Ministerio de Salud.

Seccone agregó que en el Centro Obstétrico hacía tiempo que no había potasio en los botiquines allí dispuestos. En cuanto a la insulina, apuntó que se guardaba en heladeras.

Ante diversas preguntas, respondió que a simple vista no era posible confundir un frasco de Vitamina K con el potasio (tiene el símbolo K) ya que son bien distintos.

Y contó cómo fue el procedimiento para sacar de circulación, a fines de abril de 2022, un lote de más de 100 dosis de vitaminas a K (fue reemplazado por otro de otra marca), ya que se creía que las reacciones adversas podían ser a causa de su aplicación.

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Ante una pregunta del fiscal Sergio Ruiz Moreno sobre si en esa época cualquier persona se podía disfrazar de médico o enfermero e ingresar en el Neonatal sin ser detectada, Seccone respondió que sí era posible.

La comparación trajo de inmediato a la memoria de todos los presentes en la sala de audiencias de la Cámara 7 del Crimen el escándalo ocurrido en plena pandemia con el falso médico Ignacio Martin, quien a los 19 años simuló ser un galeno y terminó por tener un rol importante en el COE de Río Cuarto, pese a que nunca había pisado la Universidad.

Investigado por la muerte de un paciente, Martin terminó condenado a siete años de prisión por los delitos de lesiones graves, ejercicio ilegal de la medicina, uso de documentación privado falso, defraudación calificada reiterada, falsedad ideológica reiterada continuada y defraudación calificada en grado de tentativa.