Once, Buenos Aires
25/06/2025 | 21:16 | La Pastoral Judicial organizó un encuentro en el parador "La Mano de Dios" con el arzobispo Jorge García Cuerva, en medio de las bajas temperaturas en la Ciudad.
En el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, representantes del Poder Judicial, la Iglesia y organizaciones sociales llevaron a cabo una jornada en el parador "La Mano de Dios", ubicado en la zona porteña de Once, con el objetivo de escuchar a personas en situación de calle y consumo. Esta actividad promovió la visibilización de la exclusión social y la necesidad de acción directa para abordar estos problemas.
La jornada, organizada por la Pastoral Judicial, se desarrolló en medio de un frío intenso que afecta a la Ciudad de Buenos Aires, y fue encabezada por el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, quien celebró una misa en la que instó a “poner el cuerpo” y no abandonar “al que se cayó”.
En un ambiente de camaradería, donde se compartieron tortas fritas y mate cocido, el encuentro fomentó la cercanía y el diálogo con quienes sufren la falta de intervención estatal.
Presentes en la actividad, los jueces federales Alejandro Slokar y Angela Ledesma manifestaron su opinión sobre la urgencia de una justicia más humana y enfocada en lo social. “Llegamos tarde. No puede ser que los pibes y los excluidos accedan a los tribunales solo como acusados. La verdadera reforma judicial empieza cuando el poder se pone al servicio de los barrios y los olvidados”, afirmó Slokar.
La defensora General de la Ciudad, Marcela Millán, subrayó el retroceso del Estado en los sectores más vulnerables: “Hay violencia institucional que no se ve, pero lastima todos los días. Lo único que podemos hacer es salir del escritorio y estar donde nos necesitan”.
El espacio comunitario Vientos de Libertad también brindó su apoyo, presentando testimonios de personas que enfrentan el consumo y la vida en la calle.
“Esto no lo resuelve nadie solo. La Iglesia, la justicia, las organizaciones y el Estado tenemos que actuar juntos”, concluyó el padre Gastón “Tonga” Colombres, quien actuó como anfitrión del parador.
La jornada finalizó con una caminata hacia Plaza Miserere, donde los participantes compartieron comida caliente con quienes residen en la calle. Este gesto no fue catalogado como caridad, sino como una acción política destinada a hacer presencia en los lugares más críticos.