El debate de Ingresos Brutos, la "muñeca" clave en la Mamushka del Presupuesto

Esta semana ingresará a la Unicameral el proyecto de Presupuesto provincial que regirá desde el año próximo.

La hoja de ruta de los gastos, que en la práctica tiene modificaciones de partidas, permite perfilar el destino de los fondos que obtendrá el gobierno de Martín Llaryora. También se debatirá en ese marco la Ley Impositiva 2026, que establece las pautas de actualización de impuestos que afectan a la actividad económica.

En particular los ojos de la oposición y de los agentes económicos estarán puestos en la actualización de los mismos, en especial del Inmobiliario -que este año alcanzó subas exorbitantes respecto a la inflación- y de Ingresos Brutos.

Estos impuestos, como todos, se cobran a un determinado hecho imponible, y dicha ley define los parámetros que se aplican sobre la base imponible y las alícuotas que se determinan.

El tributo que más recursos propios genera al fisco provincial es Ingresos Brutos; por esa vía la Provincia recauda el 80% del total. Aplica sobre los ingresos totales de una empresa, organización o persona física. No sobre la rentabilidad.

Para la actividad comercial y de servicios, existen tres alícuotas según el tamaño del contribuyente: la “reducida” aplicable a los negocios de menor facturación, la "normal" aplicable a empresas intermedias, y la “agravada” aplicada a las empresas de grandes.

Para la actividad industrial, en tanto, existen dos posibilidades: las industrias que facturan por debajo de un valor anual quedan exentas, mientras que tributan Ingresos Brutos las que superen dicho valor.

“Aquellas industrias que facturen hasta $3.200 millones anuales tendrán cero por ciento de Ingresos Brutos”, anunció Llaryora en el Coloquio de la Unión Industrial de Córdoba el pasado 2 de septiembre, y eso generó expectativas por parte de las empresas industriales sobre un alivio tributario.

Esta es la foto que se modifica en la Unicameral, pero ¿Cómo viene la película?

La línea de facturación industrial exenta del pago en 2018 fue de 100 millones de pesos. Al año siguiente, con la inflación del 47,6% de ese período, las ventas se acrecentaron a $147,6 millones. Pero el parámetro aplicado por la ley impositiva quedó fijo, haciendo que más contribuyentes del sector manufacturero paguen la alícuota de Ingresos Brutos.

Al año siguiente, 2019, la inflación fue del 54% pero la base de exención tampoco se actualizó. Posteriormente hubo subas del piso para dejar exentas del pago a más empresas pero siempre fueron menores o iguales a la inflación acumulada.

A algunos esta canción les resulta música conocida a cuando trabajadores de ingresos medios pagaban impuesto a las Ganancias. No se actualizó por inflación el piso de ingresos y cada vez más debieron tributar. Le dicen: “cazar en el zoológico”.

En el caso de Ingresos Brutos esa falta de actualización por IPC del parámetro hizo que cada vez más empresas (tanto “industriales” como de “comercio y servicios”) tributen Ingresos Brutos a alícuotas cada vez más agravadas. Vale acotar que la alícuota de Ingresos Brutos se va acumulando y trasladando al precio al consumidor en cada etapa de la cadena de valor (producción, distribución, comercialización).

Una estimación que realizó el contador Juan Pablo Velázquez, asesor del legislador Agustín Spacessi (PL), estableció que para que paguen este tributo la misma cantidad de industrias que lo hicieron en 2018, el piso de facturación industrial durante 2025 debió ser $6.165 millones, y de $7.922 millones para el año que viene: muy por encima de los $3.200 millones anunciados por el Gobierno.

Mostró, además, que para el Presupuesto 2025 la provincia consideró -en el caso de la actividad comercial- un negocio pequeño a aquel que facturó apenas $68 millones en 2024, siendo que si se hubiera ajustado por inflación correctamente, el límite para aplicar la beneficiosa alícuota reducida debería estar en $548 millones de venta anual.

En tanto, respecto de la “alícuota agravada”, se aplica en 2025 a negocios treinta veces más chicos que aquellos que la tributaban en 2018. El umbral vigente en 2018 era de $163 millones, que actualizado por IPC debió ser $9.939 millones pero este año fue de $333 millones.

La explicación, pero con cantidad de empleados

Otra manera de verlo es la siguiente: supongamos que un trabajador/a de comercio recibe en su bolsillo un salario mensual de $1,5 millones. Para contabilizarlo, la empresa debe sumarle a ese monto las contribuciones que hace ese empleado, los aportes patronales, la cuota sindical, etc. Ese empleado o empleada se contabiliza a $2,3 millones (sueldo neto, +48%).

Al año, teniendo en cuenta el aguinaldo y la previsión por despido, en la contabilidad de la empresa cada trabajador requiere reunir $31 millones (14 sueldos).

Si el costo laboral es el 60% del precio de venta necesita vender 51 millones por año para sostener ese empleo

Como a partir de una facturación anual de $333 millones anuales la provincia ya aplica la “alícuota agravada” a los Comercios y Servicios, se tiene que en Córdoba una pyme comercial con 10 empleados ya paga la máxima alícuota (5%) de Ingresos Brutos.

Si el ejemplo se hace con el piso de los que pagan tarifa reducida del 3,5% ($68 millones) se tiene que un pequeño comercio con dos empleados ya es alcanzado por el tributo. Ese piso actualizado por IPC con base en 2018 hoy sería de $548 millones.

“Los impuestos se acomodan con la inflación y así se evita la discusión”, expresó Llaryora en una entrevista a La Voz en la previa a las elecciones de medio término en las que La Libertad Avanza logró una contundente victoria.

Puede que la frase sirva para la foto, pero no para la película. A veces se pueden subir los impuestos… sin subir los impuestos.