Dos fábricas de cerámicas en La Plata y Olavarría anuncian cientos de despidos

La situación laboral en el sector ceramista y ladrillero se complica, con la reciente decisión de dos fábricas - una en La Plata y otra en Olavarría - de llevar a cabo despidos masivos. Las compañías argumentan que estos 'procesos de reestructuración' son necesarios debido a rendimientos económicos insatisfactorios reportados en 2024.

Cerámica Fanelli, que opera en Los Hornos, La Plata, ha confirmado la desvinculación de al menos 30 de sus 180 empleados. A pesar de haber proyectado una inversión significativa para este año, esta decisión ha generado malestar entre los trabajadores, quienes consideran que el objetivo es aumentar la carga laboral sobre un menor número de personas, aumentando así la presión y afectando las condiciones de seguridad en el trabajo.

El gremio, representado por la Federación Obrera Ceramista de la República Argentina (FOCRA), denunció que estas medidas representan una amenaza directa a la organización y bienestar de los empleados. En respuesta, están programadas negociaciones con la dirección de Fanelli para proponer suspensiones temporales de los trabajadores afectado en lugar de despidos definitivos. Esta reunión se llevará a cabo el próximo martes.

Simultáneamente, en Olavarría, la empresa Cerro Negro, parte de un holding más grande, notificó sobre el cierre de su línea de producción y la desvinculación de 100 trabajadores. Estas acciones han provocado protestas organizadas por el Sindicato de Obreros y Empleados Ceramistas de Olavarría (SOECO).

Como consecuencia de la situación, el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires ha implementado una conciliación obligatoria por 15 días, lo que suspenderá los despidos y huelgas en el sector mientras se busca una solución.

A pesar de estas medidas drásticas, datos recientes indican que la actividad en el sector construcción ha experimentado un crecimiento inesperado del 14,4% en la demanda de productos cerámicos, lo que sugiere que la capacidad de producción y el empleo deberían ajustarse a las expectativas de crecimiento, creando un contraste entre decisiones empresariales y las tendencias del mercado.

A medida que las grandes empresas del sector reportan expectativas optimistas para el próximo trimestre, la crisis laboral desafía a los responsables mayúsculos a proporcionar una respuesta adecuada a la realidad del mercado.