Vaca Muerta, clave para la exportación de gas.

Política y Economía

Vacas vivas y Vaca Muerta, dos utopías que marcan el camino

24/07/2018 | 06:13 |

Así figuró en las pizarras del Banco Nación. Según un promedio realizado por el Banco Central, el "billete verde" finalizó a $ 28.

Adrián Simioni

La industria de la carne vacuna debería estar tecleando. Pero crecen tanto las exportaciones como el consumo interno. Con el gas podría suceder lo mismo. Clave para generar los dólares que necesita el país.

Este año, la sequía encareció los alimentos para el ganado, los precios de los granos forrajeros fueron en aumento y la reducción progresiva de retenciones a las exportaciones de soja tendió a encarecer el precio de ese insumo de los balanceados. Encima, el sector venía soportando hasta enero un dólar planchado, que hacía cualquier cosa menos facilitar las exportaciones.

Sin embargo, ahí están las carnes rojas, colmando por igual contenedores y mostradores de carnicerías de barrio. Las exportaciones en los primeros cinco meses del año treparon 39 por ciento. El precio promedio de los seis productos cárnicos que mide históricamente el Indec trepó en junio un 24% respecto de junio del año pasado, contra 29,5% que se encareció el resto de los bienes y servicios. Los hogares respondieron a la señal de precios: la cámara frigorífica Ciccra estima que el consumo interno llegó el mes pasado a uno de sus registros históricos: 58,6 kilos por habitante, 3,5% más que en mayo.

Lo que pasó con este rubro en la primera mitad del año es exactamente lo que la Argentina necesita: atraer dólares genuinos al país sin hacerlo a costa del consumo interno, mientras se entusiasman inversores capaces de subirse a la ola y generar empleos.

Remate en Asia

Para eso tuvieron que alinearse varios planetas. China despertó ya el año pasado con hambre de proteínas rojas y se llevó desde entonces todas las vacas viejas que había en el país. Y en mayo se firmó el acuerdo de apertura total de carnes enfriadas y con hueso, que promete obligar a criar novillos hasta en el “cuadro de las casas”, como se dice en la pampa gringa. Los tibios avances de las negociaciones Mercosur-Unión Europea también prometen ir en esa dirección.

Este lunes, el simbólico primer envío de carnes rionegrinas libres de aftosa sin vacunación a Japón mereció un tuit de Mauricio Macri, que sabe que detrás de este trayecto se juega un modelo: que Argentina sea capaz de obtener los dólares que necesita a través del comercio y no de préstamos que el mercado ya no está dispuesto a financiar.

Cómo arrear el gas

En ese mismo brete, desfilando más despacio atrás de las vacas vivas, está Vaca Muerta. En realidad, toda la industria del gas y el petróleo del país. El anuncio de exportación de gas a Chile, que podría comenzar en noviembre, tiene una lógica parecida.

En términos gruesos, Argentina consume en invierno un tercio más de gas que en el resto del año. Invertir lo necesario para producir 100 durante tres meses y 66 los nueve meses restantes, es demasiado costoso. Por eso, perdido el autoabastecimiento durante los gobiernos K y recuperada la capacidad de abasto al menos en los meses de bajo consumo, es muy difícil dejar de hacer algo más lógico desde el punto de vista del mercado: producir siempre 66 e importar 34 durante los tres meses de invierno.

Es lo que se vino haciendo. El gas viene de Bolivia por caño y del resto del mundo en costosos barcos metaneros. Pero si Argentina quiere dejar de importar metano, aprovechando que lo tiene en abundancia, debe encontrar la vuelta para poder exportar 34 unidades durante los nueve meses en que no las consume. También puede industrializarlo de forma que pueda almacenarse, por ejemplo, transformándolo en fertilizantes o en otros químicos. Eso requiere inversiones multimillonarias. Muchas empresas están en eso, como la multinacional Dow en Bahía Blanca, pero toma tiempo y además hay algo del huevo y la gallina: tiene que haber gas para poder industrializarlo y hay que tener la infraestructura para industrializarlo para que se produzca más.

En diciembre sobró

Es que el metano no es fácil de almacenar en su estado natural. Ya a fines del año pasado en Neuquén se produjo más metano del que se pudo consumir en las hornallas hogareñas y los hornos industriales del país. Y hubo que ventearlo.

Por eso, empezar a sacarlo por Chile es clave. El acuerdo que se busca es que el gas que se importe venga por los cuatro gasoductos que nos unen a Chile desde barcos metaneros que lleguen a ese país. Y que por los mismos caños fluya gas argentino para ser consumido por los hogares chilenos en los meses cálidos.

El virtuosismo es parecido al de las carnes: la industria energética podría generar los mismos dólares que necesita para importar lo que le falta en invierno. Hasta no necesitar importaciones de ningún tipo cuando el sector sea capaz de exportar o industrializar todas las 34 unidades de gas (y más) que no consume en los meses cálidos.

Vacas vivas y Vaca Muerta: tienen otra cosa de enorme importancia en común. Significan producción, industrialización, comercio, en el interior del país, no gasto improductivo en las oficinas grises del Paseo Colón, a metros del mismo río de la Plata de siempre. Pongan un ojo a esto, diputados, senadores y gobernadores. Que nadie guadañe procesos como estos.