Una chance para los ninguneados políticos de Centralia

Política esquina economía

Una chance para los ninguneados políticos de Centralia

18/06/2019 | 07:27 |

Cordobeses, santafesinos, entrerrianos fueron siempre ignorados por sus partidos. Hay provincias que sólo están para subsidiar a las demás. Desde 2007 no había tres gobernadores del mismo signo.

Adrián Simioni

El misterio continúa: ¿por qué los políticos de Centralia (la zona central del país excluída Capital Federal y el conurbano) no logran ser profetas fuera de sus tierras? Pasó innumerables veces, sobre todo en Córdoba y Santa Fe, que pese a ser los dos distritos electoralmente más densos después de Provincia de Buenos Aires, han sido por completo estériles a la hora de proyectar a sus políticos, por más importantes que fueran.

Partidos distintos, ignorados por igual

El resto de la Argentina los rechaza como a órganos mal trasplantados, sin leerles siquiera los currículums:

1- Los cordobeses Eduardo Angeloz o Ramón Mestre (padre) llegaron a ser los únicos radicales que gobernaban un distrito de peso, pero la UCR nacional siempre los trató como corpúsculos extraños. La Coordinadora sentía algo parecido a la vergüenza por ellos, aunque a la hora de los votos los coordinadores sólo podían mandar donde los acomodaba la generosidad de Raúl Alfonsín.

2- El santafesino Hermes Binner intentó pelear la presidencia pero parecía el candidato de un solo distrito. Los fogueados socialistas de Santa Fe siempre estuvieron condenados a asociarse de igual a igual a granbonaerenses que nunca fueron elegidos para cargos ejecutivos (Roberto Lavagna, Margarita Stolbizer, “Ricardito” Alfonsín, y sigue el degradé de firmas).

3- Gobernadores peronistas elegidos varias veces, con blasones difíciles de empardar, como José Manuel de la Sota, Carlos Reutemann, Jorge Obeid, Juan Schiaretti, no fueron jamás ni consultados por el elenco subsidiado de intendentes del conurbano que ni siquiera tuvo que decidir nunca el precio del colectivo o firmar un contrato de la basura.

¿Perotti quiere pero no puede?

La novela está a punto de repetirse. A menos que el exministro Axel Kicillof dé el batacazo en la Provincia de Buenos Aires el año próximo, los dos gobernadores del PJ con mayor peso serán Schiaretti en Córdoba (por tercera vez) y Omar Perotti en Santa Fe.

Hay simpatía entre ellos. Congenian. Ambos, el schiarettismo y el perottismo, piensan parecido. Perotti les pidió a los cordobeses su plan de gobierno y sobre esa base hizo parte de su campaña. Perotti integra hace mucho la Red de Acción Política (RAP), una ONG que se piensa como una ayuda para políticos racionales, democráticos, republicanos y realistas. Allí en RAP varios perottistas llevan años mezclándose con intendentes y ministros cordobeses. 

Abominaron juntos de los K cuando Schiaretti los caracterizaba como stalinistas, en la época de la guerra contra el campo, por ejemplo, cuando el kirchnerismo dejó claro que las provincias centrales de la Argentina sólo le interesaban como proveedoras gratuitas de retenciones a las exportaciones. Y que las consideraba indignas de recibir aunque fuera 10 metros de ruta (sí, ya sé, excepto la terminación del último tramo de la autopista Córdoba-Rosario, nada más en 12 años).

Al otro Bordet del río

Del otro lado del Paraná justo no va que está Gustavo Bordet. Otro peronista que hizo el cursus honorum de intendencias y va por la segunda gobernación. A la segunda la acaba de ganar en alianza con los K, pero en 2016 también era de los que decían que el kirchnerismo había terminado. Con diferentes contundencias, ni Schiaretti, ni Perotti, ni Bordet son el kirchnerismo de sus provincias. Han pactado con los K de sus distritos en formas que van del mal necesario al apenas y al oscuro.

¿Cómo van a jugar en la elección presidencial? En principio, cada uno por su lado. Bordet ya ha expresado un respaldo educado a la fórmula Fernández-Fernández. 

Perotti hace todo lo posible por exhibir que se siente incómodo con los K. Pero no se va a poder escapar. La lista de diputados provinciales que ganó junto a él la gobernación desborda cristinistas, camporistas, evitistas e incluso massistas, la otra vez flamante tribu K. 

En la legislatura santafesina va a haber muchos más socialistas, radicales, macristas y kirchneristas que perottistas. Y no es fácil gobernar Santa Fe. Y su lista de diputados nacionales no es suya: se tiene que terminar de acordar en estos días. Conseguir aliados para ser gobernador cuesta.

O sea: los lujos autonómicos de una lista corta de candidatos a diputados, sin un postulante a presidente, como la que anotaría finalmente Schiaretti en Córdoba, no son para cualquiera.

Después de diciembre

En el futuro cercanísimo, los tres distritos difícilmente coordinarán política alguna, entonces. Aunque los corazones de los tres gobernadores se muevan al mismo ritmo.

El después de diciembre es futurismo lejano. Pero interesante. Supongamos que el kirchnerismo no gana la Presidencia. ¿El PJ del resto del país se avendrá a aceptar la centralidad de un peronismo que, entre los tres distritos, reúne a casi el 20% de la población? ¿O seguirá orbitando en esa vía láctea de intendentes conurbanitas y gobernadores con grados diversos de insfranismo?

Y si Alberto Fernández ganara la Presidencia, ¿estos tres gobiernos podrían coordinar intereses que seguramente los enfrentarán a un gobierno que, previsiblemente, reiterará su centralismo? “Perotti los tiene a Gustavo Rossi y a María Eugenia Bielsa, que son K, tienen cierto peso y lo condicionan. Pero en una de esas se puede hacer un tándem”, dice un colaborador estrecho de Schiaretti. “Mucho depende de si llega la señora y sigue siendo la misma, como creo que va a pasar, ya que no me parece que su destino sea la vicepresidencia”, agrega el funcionario.

Feudos sobrerrepresentados

Para esta porción de Centralia es una oportunidad. La única vez en que coincidieron tres gobernadores de un mismo partido fue entre 2003 y 2007: estaban De la Sota, Obeid y Jorge Busti (en Entre Ríos). 

Pero en esa época el cristinismo aún no había dejado clara su visión cismática del país; un país en el que Centralia debe ceder sus recursos fiscales, financieros y económicos para subsidiar la alianza de intendentes granbonaerenses ultrapesados en la Cámara de Diputados de la Nación y gobernadores feudales sobrerrepresentados en el Senado. Una visión que no es exclusivamente K.

Ahora, después de tanta agua corrida bajo el agua, después de tantos fondos previsionales pisados, de tanta retención, de tanto ninguneo presupuestario, de tantos años de carencia de obras y desinversión, ni Schiaretti, ni Perotti ni Bordet podrán decir que desconocen la pulsión íntima de la ideología K.

Ojalá quieran, puedan y sepan hacer algo, gobierne quién gobierne. Y sumen a otros. Ojalá, alguna vez, los gobernantes de esta porción de Centralia logren sacar la cabeza de sus comarcas y forzar un destino nacional.