El Fondo Monetario Internacional vuelve a creer en los datos del Indec.

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Tú también, FMI: un golpe de realidad

16/07/2019 | 06:51 |

Lo que más impacta en el mercado es que el Fondo haya empeorado pronósticos de inflación y crecimiento. Clave: el costo de vida que dará hoy a as 16 Indec.

Adrián Simioni

Estaba todo tan lindo y el alerta vino por donde menos se lo esperaba: el propio Fondo Monetario Internacional, que expuso una revisión positiva de la economía argentina y de las políticas del gobierno pero igual empeoró las dos proyecciones que más importan: la de la inflación, que para el organismo será más persistente de lo que pensaba hasta ahora; y la del crecimiento, que será más lento de lo esperado.

Los analistas de mercado no están seguros de que el informe del Fondo haya sido la causa del salto de 50 centavos del dólar ayer o de la toma de ganancias en la bolsa que bajoneó las acciones y hundió al Merval en 3,3%, porque el documento se conoció tarde para el horario de los mercados.

Además hubo otros factores. Por ejemplo: justo ayer hubo fondos del exterior que se pusieron a comprar dólares futuro (como venía haciendo el Banco Central), lo que subió esa cotización y contagió al alza al dólar mayorista y minorista.

Una vela al Indec

Sin embargo, el mensaje del FMI llegó y ensombreció a los operadores. La revisión al alza de la inflación para este año (hasta ahora el FMI preveía un 30,5% que era demasiado optimista y ahora plantea un 40,2% que es un poco pesimista) hicieron pensar que esta tarde a las 16, cuando el Indec dé a conocer la inflación de junio, el número no será de 2,5% sino más alto.

La de hoy es la última oportunidad que tiene Mauricio Macri de mostrar un número convincente antes de las Paso. El dato con la inflación de julio se conocerá recién el 15 de agosto, cuatro días después de que se vote, el 11 de agosto.

Los deberes hechos, pero marche preso

El otro dato deprimente es el de crecimiento. Al principio de abril, cuando terminó la anterior revisión, FMI preveía que este año la economía se achicaría 1,2%. Pero ahora, aunque el organismo sostiene que la recesión ha tocado un piso y hay señales dispares de mejora, la previsión es de una caída para el año de 1,3%. Lo cual sugiere que la recuperación será más lenta de lo que se esperaba hace tres meses. De hecho, para el año que viene el FMI ya no espera un crecimiento de 2,2% sino de 1,1%. Desilusión.

El FMI remarca que tanto la política fiscal (la canilla del gasto que intenta cerrar el ministro de Economía, Nicolás Dujovne) como la financiera (la canilla de pesos que intenta cerrar el jefe del Banco Central, Guido Sandleris) han cumplido las metas.

Pero en el caso fiscal corrige también el programa, autorizando para este año un déficit primario de 0,3 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), algo que estaba previsto como posibilidad en el acuerdo, para dar lugar a que el gobierno aumentara gastos sociales si la crisis persistía, cosa que el gobierno ya hizo.

De hecho, el equilibrio fiscal que se esperaba pasa a un déficit de 0,3 y en ese tránsito hay quienes ganan y quienes pierden. Por ejemplo:
1- El aumento de gastos sociales de principios de año (por ejemplo, la anticipación en marzo de todos los aumentos que iba a tener la AUH en el año) aumentó el gasto total en 0,2 puntos.
2- La debilidad de la recaudación también le restará ingresos al Estado por entre 0,5 y 1 punto del PIB.
3- La inflación persistente va a reducir el gasto real en salarios estatales y jubilaciones entre 0,2 y 0,5 puntos.
“Ha sido un golpe de realidad, tal vez había un optimismo excesivo”, opinaba anoche un analista financiero cercano al gobierno.

Con amigos así

Lo raro es que el baldazo de agua fría vino de donde menos se lo esperaba. El candidato a presidente de Cristina Fernández, Alberto Fernández, se había cansado de criticar al Fondo en las últimas dos semanas por, según él, violar sus propias normas al permitir que un país asistido para cubrir vencimientos de deuda use esos dólares para estabilizar el mercado de cambios. Para Alberto F. el FMI es una especie de jefe de campaña de Todos por el Cambio.

En todo caso, se pensaba que la partida de la muy política directora del FMI, Christine Lagarde, y su reemplazo momentáneo por el muy estricto David Lipton no iba a tener mayor impacto, sobre todo porque la clave sigue siendo el respaldo político que Argentina tiene en Estados Unidos y otros países que pisan fuerte en el FMI. De hecho, ayer mismo Lipton dijo que “el plan en Argentina está dando sus frutos”.

Llegar al 11 de agosto

El problema no parece ser ninguno de todos esos. El problema se llama “incertidumbre política”, que le pone sal a la herida de un país donde, por primera vez, un gobierno busca su reelección ejecutando un doble ajuste, fiscal y comercial. Algo que, ya lo dijo Dujovne en noviembre, es un milagro. "Nunca se hizo un ajuste de esta magnitud sin que caiga el Gobierno”, había dicho el ministro. El suyo no sólo intenta no caerse. Intenta ganar las elecciones. Como para que no haya duda sobre los resultados que puedan arrojar las Paso. Es esa duda, no otra cosa, la que ha venido deglutiéndose todos los optimismos que pudieron aparecer semana a semana.

La meta es el 11 de agosto. Cuatro semanas. Probablemente, la batalla final. El gobierno lo sabe. La oposición K también.