José Ber Gelbard, ministro de Economía entre 1973 y 1974.

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Se va Gelbard

27/11/2023 | 12:54

  

Redacción Cadena 3

Adrián Simioni

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Se va Gelbard

En 1975 asumió como ministro de Economía de María Estela Martínez de Perón un señor llamado Celestino Rodrigo. Pasó a la fama como causante del “Rodrigazo”, un sinceramiento de tarifas destinado a reducir el déficit fiscal y la inflación que, por supuesto, tuvo un enorme impacto en los costos de los hogares urbanos de la Argentina. El plan de ajuste también incluyó una fuerte devaluación del peso. Rodrigo pasó a la posteridad como el malo de la película, aunque lo único que él hizo fue sincerar una situación que era completamente insostenible.

En cambio, su antecesor, el verdadero culpable de todo, José Ber Gelbard, zafó de cargar con la responsabilidad. Era un corrupto, se asoció al terrorismo de izquierda y también fue un perseguido por la represión ilegal de la dictadura. Cuando el desastre de tarifas pisadas, precios congelados, desabastecimiento, déficit galopante e inflación que había armado no dio para más, Gelbard renunció y se exilió en Estados Unidos.

Sin embargo, el estallido final de las peronomics inviable de los 70, que debió llamarse “Gelbardazo” no se llama así: se llama “Rodrigazo”. El relato populista, peronista siempre impone sus falsedades.

Esto viene a cuento porque Sergio Massa desapareció de los lugares que solía frecuentar luego de que hace una semana reconociera su derrota presidencial. Sigue siendo ministro de Economía en los papeles. Pero nadie sabe dónde anda. Y una de las publicaciones de finanzas más importantes del mundo, Forbes, publicó que Massa se iría a Estados Unidos (como Gelbard) a trabajar para alguno de tres fondos de inversión que lo están sondeando.

Massa es el Gelbard de lo que vendrá en la Argentina. Deja una herencia espantosa, como Gelbard. El Central en lugar de tener reservas, debe reservas: su saldo es negativo en 11 mil millones de dólares. El triple del desastre que Cristina le dejó a Macri. El Central les debe a los importadores 22 mil millones de dólares, cuatro veces más que la deuda que dejó Cristina. El dólar oficial está tan atrasado que el paralelo cuesta 160% más. Es tres veces la brecha que dejó Cristina. La inflación actual, anualizada, da 200%. Y pagamos apenas la mitad de lo que cuestan la luz, el gas, el agua. Como Gelbard.

Massa se puso de sombrero lo que quedaba del “modelo” de Cristina y Alberto. Se patinó 3 o 4 puntos del PBI en su carrera electoral.

Y ahora aparentemente se va. Una costumbre en el Triunvirato que nos gobernó. Cristina escenificó que se iba de su cuarto gobierno para no quedar pegado al inútil de su presidente su delegado, Alberto Fernández. Alberto huye a España. Si Massa se va a Estados Unidos será el cartón lleno de la impostura y la cobardía. Y el cinismo: Alberto acaba de decir que él siempre estuvo en contra del déficit fiscal porque es la causa de la inflación. Lo hubieras dicho antes, cuando tus funcionarios perseguían a los supuestos “formadores de precios”.

Porque ellos saben lo que se viene. Y no quieren que sus apellidos queden inmortalizados como el de Rodrigo. Típico de la Argentina. Vamos a culpar al que afronta las consecuencias inevitables, no a los que generaron las causas del estallido.

De hecho, ya hay en marcha un operativo en ciertos medios –los olfatos más finos lo van detectando aquí y allá- para empezar a establecer un paralelismo entre Rodrigo y quien sea que se anime a sentarse en el Ministerio de Economía cuando asuma Milei.

Dependerá de nosotros que no nos traguemos el caramelito otra vez. La hecatombe, si sucede, deberá llamarse “Cristinazo”, “Albertazo” o “Massazo”, por más que huyan ahora, sin dar la cara, como lo están haciendo. Empecemos ahora. Massa se va. Exactamente igual a como se fue Gelbard. Massa es Gelbard. 

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