¿Quién dijo que Evita no hace milagros?

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¿Quién dijo que Evita no hace milagros?

16/05/2019 | 07:20 |

Un cacerolazo que no es contra un Presidente. La Corte, que según CFK la persigue, le allana campaña. Enemigos íntimos del PJ, juntos como si nada. Los que incendiaron iglesias, piden beatificaciones

Adrián Simioni

Los vaticanistas más laureados han dicho que es imposible que María Eva Duarte de Perón pueda ser santificada. Una de las trabas es que habría que probar que ha hecho milagros. No uno, sino dos. Y, según dicen, Evita nunca caminó sobre el agua.

La realidad más inmediata desmiente la negativa de los expertos. Sin ir más lejos, ayer no propuso su canonización una procesión de monaguillos sino un cónclave de sindicalistas de la CGT, todos ellos peronistas.

Peronistas del peronismo, el mismo al que pertenecían militantes y delegados gremiales que en junio de 1955 vandalizaron una docena de iglesias, a la mitad de las cuales incendiaron. Es, cuanto menos, un milagro de concordia y reconciliación o algo así. Los jesuitas del Vaticano no van a tener problemas en encontrarle una justificación. Ya tenemos uno.

Un milagro para Cristina

Si ese no les gusta podemos tratar de entender la decisión de la Corte Suprema de frenar el juicio a Cristina Fernández por el presunto saqueo de partidas presupuestarias en Vialidad Nacional.

Al menos desde el punto de vista de los progres kirchneristas que promovían el asalto al Palacio de Justicia (¿alguien recuerda cuando Hebe de Bonafini cercaba la Corte y llamaba “mono” al juez Ricardo Lorenzetti?), esto debe ser sí o sí un milagro.

Miren el caso de CFK. Hace menos de dos meses acusó a la Corte de integrar junto al Ejecutivo de Macri "un sistema perverso de extrema gravedad institucional" destinado a perseguir a opositores. Y ahora, de golpe, esos mismos perversos le hacen un enorme favor. Va a poder inscribirse como precandidata presidencial en las Paso, el 22 de agosto, sin el papelón inexplicable de tener que hacerlo por la tarde después de pasarse la mañana en el juicio oral por los sobreprecios del asfalto. Milagro 2. Todo el mismo día. Es más fácil creer en Santa Evita que en las casualidades.

Hasta Macri tiene lo suyo

El que también necesita un milagro es el Gobierno, que sigue sin encontrarlo. El 3,4% de inflación que anunció el Indec para abril es mucho mejor que el 4,7% de marzo, pero el milagro no es la baja, sino que aún estemos vivos.

Macri está necesitando milagros más pulsudos. Ayer pareció lograr uno. Un cacerolazo. Organizado a través de las redes, espontáneo en el sentido de que no hubo colectivos/plata/choripanes. Lo raro es que los cacerolazos son, normalmente, contra los gobiernos, más específicamente los Poderes Ejecutivos. Y el de anoche fue contra la Corte por el favor que los jueces le hicieron a Cristina. Si la voz del pueblo es la voz de dios, ¿esto tendrá más fuerza que el milagroso fallo de la Corte?

¿Es este el milagro tres? Difícil saber. Evita será todo lo cristiana que se quiera, pero ella y el Papa son peronistas. Decide cada uno.

Acá hay que pedir el VAR

Hay un cuarto milagro. Pero acá es complejo saber si estamos ante un big-bang de muchos prodigios santos o si es todo fake news. Se trata de la foto que se sacó Cristina Fernández con el sector de los peronistas que no tienen votos pero que controlan el Consejo Nacional del PJ.

Al principio estaba claro que Santa Evita había metido la mano. En la foto con Cristina estaba Hugo Moyano, que pasó de ser usado como ariete del kirchnerismo contra empresarios a enfrentar media docena de causas penales cuando se peleó con la entonces Presidenta. Por ejemplo: en esa época, con su habitual uso táctico de los derechos humanos, el kirchnerismo aburrían con que Moyano había asumido como secretario de la CGT Mar del Plata en 1981, plena dictadura. Ahora se olvidaron. Como les pasó con los jesuitas desaparecidos y Bergoglio.

Moyano no era el único. En la foto aparecieron también algunos afectados por el Síndrome de Estocolmo como Daniel Scioli, Felipe Solá o el mismísimo Alberto Fernández. O gente como Fernando Navarro, del Movimiento Evita, considerados traidores por el kirchnerismo: los acusan de haber restado los votos por los que CFK perdió contra Esteban Bullrich en las legislativas de 2017. Faltaba sólo Juan José López, el de los bolsos, el único corrupto que la ex presidenta ha admitido hasta ahora.

La foto iba derecho al expediente para la beatificación, un claro milagro de reconciliación, luego de CFK mandara a los integrantes del PJ a “suturarse el orto”. Pero luego hubo una declaración desafortunada que encendió la sospecha de que el milagro podía venir armado. Fue Moyano el que dijo: “Los peronistas somos así. Un día decimos una cosa y al otro día otra”.

¡Bueh!, deben haber dicho los asesores de Bergoglio: “Por más onda que le pongamos esto es impresentable”. Y tienen razón. No hay milagro de palabra con gente que declara abiertamente no tenerla. Es como si Jesús le hubiera curado la ceguera no a Lázaro sino a un mendigo trucho.

Total, ni nosotros nos acordamos

El mismo día se produjo otro suceso que la razón no puede explicar. Eduardo Duhalde fue a saludar a Carlos Menem porque se cumplieron 30 años de la primera asunción del riojano como presidente. “Recibimos una Argentina en ruinas y la dejamos encaminada al progreso”, dijo Menem. Duhalde asintió y agregó, cómo no, que hoy ve una situación muy parecida a la de los últimos días de Alfonsín.

Como se dice ahora: muchos de ustedes no lo saben porque eran muy jóvenes, pero el “progreso” del que habla Menem era la convertibilidad. Y Duhalde fue el que más bombardeó ese plan que él calificaba de neoliberal. Es más. Perdió la presidencial porque De la Rúa, su contrincante radical, dijo que seguiría la convertibilidad y Duhalde dijo que la anularía. Y cuando De la Rúa se cayó Duhalde agarró la presidencia designado por el Congreso e hizo todo lo contrario a lo que había legado Menem y por lo cual brindaron ayer.

Son como dos médicos que recomiendan remedios distintos pero brindan por los pacientes, tanto cuando viven como cuando mueren. Parece que les diera lo mismo. Como mínimo es un milagro de amnesia, producido el mismo día en que se pide la santificación de Evita. Anoten: ese fue el milagro cinco.

La multiplicación de los aniversarios

Finalmente, creer o reventar, está el milagro de los aniversarios. Porque Cristina dijo que había ido a la sede del PJ a conmemorar el aniversario de cuando, un 14 de mayo, Néstor Kirchner, asumió la presidencia del partido. Y la visita de Duhalde a Menem fue, según ellos, porque se cumplían 30 años de cuando asumieron como presidente y vice. Y el pedido de la CGT para santificar a Evita ahora y no en otro momento fue porque el 7 de mayo se cumplieron 100 años de su nacimiento.

La cosa no termina acá: no va que la CGT declara paro nacional preelectoral el 29 de mayo. Estaban en duda de cuándo hacerlo, hasta que alguien se avivó que ese día se cumplirán 50 años del Cordobazo. Que se sepa no hay milagro de coincidencia. Pero si no lo hay, después de esto merece haberlo.