Falsas sorpresas

Opinión

Falsas sorpresas

20/09/2018 | 08:58 |

El magistrado cubrirá el puesto vacante por Anthony Kennedy, jubilado en julio pasado. Kavanaugh fue acusado de supuestos abusos sexuales contra al menos tres mujeres.

Adrián Simioni

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A medida que pasan los días, en el proyecto de presupuesto se van descubriendo sorpresas. Pero algunas son falsas sorpresas.

Ayer, por ejemplo, se hizo gran revuelo porque el proyecto de presupuesto incluye un artículo, el 86, que, dicen los titulares, hará que muchos empleados públicos, jubilados e incluso algunos trabajadores privados paguen más por el impuesto a las ganancias.

Es probable que los diputados de la oposición pongan el grito en el cielo, porque razonablemente querrán hacerle pagar otro costo político más al gobierno.

Pero lo cierto es que lo único que hace el artículo 86 es ratificar la autoridad y la atribución exclusiva del propio Congreso, de los propios diputados, para sancionar leyes.

¿Por qué? Porque el propio Congreso, cuando sancionó hace más de dos décadas la ley del Impuesto a las Ganancias, estableció que, para los asalariados, todos los ingresos, todos, deben ser parte de la base imponible. Es decir todo debe ser gravado por el impuesto. Incluso si parte del sueldo se cobra en especie. Cualquier tipo de concepto. Por qué se hizo así. Porque si no las empresas y los gremios se avivaban para evadir. Parte del sueldo lo hacían figurar por ejemplo como gastos de representación. Los más chicos no se acuerdan, pero antes de la sanción de la ley de Ganancias existían los ticket-canasta, un curro por el que parte del sueldo se  pagaba con tickets para comprar alimentos o cualquier cosa en el supermercado, y con eso se evadía Ganancias.

Fue el propio Congreso el que terminó con todas esas elusiones al impuesto. Y dijo: todo tributa Ganancias.

Sin embargo, en los años  cualquiera empezó a violar la ley. La Corte Suprema y los tribunales superiores de todas las provincias dictaron meras resoluciones administrativas y acordadas con las que se ponían por encima del Congreso y les regalaron a todos sus empleados la eximición de Ganancias. Directamente no pagan.

Gobernadores como Carlos Verna en La Pampa u otros colegas en Santa Cruz, con meros decretos provinciales, violaron la ley nacional y eximieron a todos los empleados de esas provincias del pago  del impuesto.

En Aerolíneas hubo un momento en que los pilotos cobraban parte de su sueldo a través del gremio, presentado como un pago por capacitación, todo para eludir Ganancias.

Nótese que en la mayoría de los casos eran empleados públicos y con sueldos altos los que fueron haciendo esto. Pero también hubo privados, encabezados por los sindicatos más poderosos.. Los petroleros lograron que algunos rubros como viáticos no estuvieran alcanzados por Ganancias. Los camioneros consiguieron algo similar.

Así que lo  que hace  el artículo 86 es sólo  tratar de dar por tierra con meros decretos, resoluciones y convenios colectivos con los que jueces, gobernadores y sindicalistas han violado la ley de Ganancias dictada por el propio Congreso. Cualquier diputado que entienda su trabajo debería estar indignado, no por el artículo 86 del presupuesto, sino por la facilidad con la que cualquiera en la Argentina ignora las leyes que su propia Cámara ha sancionado.