Consumo: el misterioso caso de Córdoba

Córdoba, la docta, la mediterránea, siempre tiene algo que sorprende. Pero esta vez, la lupa no está sobre su cultura o su paisaje, sino sobre un fenómeno económico: ¿Por qué la inflación en la provincia es significativamente más alta que en el resto del país? 

Según datos recientes, la inflación acumulada en los últimos 12 meses en la provincia alcanzó un 44,2%, contra un promedio nacional de 39,4%. Son casi 5 puntos de diferencia, una brecha que se agranda aún más si la comparamos con el 37,9% de la región pampeana o el 40,6% del Gran Buenos Aires. 

¿Qué está pasando en Córdoba? En una economía como la argentina, donde los precios tienden a equilibrarse a lo largo del tiempo –porque, en teoría, nadie dejaría que las papas estén eternamente más caras en un lugar sin que alguien las traiga de otra provincia–, esta disparidad es un misterio. 

Si las papas no son el problema, ¿Cuál es? La respuesta parece estar en los costos que los cordobeses enfrentan día a día, que están golpeando el poder de compra y, con él, la recuperación del consumo.

Un informe reciente de Casa 3 muestra que, aunque los ingresos de los cordobeses están en niveles similares a los de noviembre de 2023, el poder adquisitivo cayó un 10% desde entonces. ¿La razón? Los gastos fijos se dispararon.

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Las tarifas de servicios públicos en Córdoba –luz, agua, gas– aumentaron un 25% en promedio, contra un 14% en el resto del país. Curiosamente, la quita de subsidios fue proporcionalmente mayor en el Gran Buenos Aires, donde los servicios estaban más subsidiados, pero aun así, la inflación cordobesa sigue siendo más alta. Esto sugiere que no solo los servicios públicos son el problema.

A esto se suma otro factor: los impuestos. En Córdoba, el aumento del impuesto inmobiliario urbano fue descomunal, con incrementos reales (descontada la inflación) del 116% y 210% en los últimos dos meses, según datos oficiales. 

También creció la presión de Ingresos Brutos, con sectores como el agro, antes exentos, ahora contribuyendo a la caja provincial. Este "impuestazo" está drenando los ingresos de los hogares cordobeses, que destinan más dinero a servicios y tributos, dejando menos para el consumo.

El impacto es claro: mientras en el resto del país el poder de compra comienza a recuperarse, en Córdoba el proceso es más lento. 

Según Casa 3, el 76% de los cordobeses percibe que paga más por servicios, impuestos provinciales y tasas municipales que en otras provincias. Y no es solo percepción: los números lo confirman. Además, el 64% cree que el Gobierno provincial gasta mal y que, con una mejor gestión, podría reducir la carga impositiva, liberando recursos para reactivar el consumo.

Córdoba, entonces, enfrenta un círculo vicioso: los mayores costos fijos y tributos limitan el poder adquisitivo, frenan el consumo y retrasan la recuperación económica.

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