Ilustración. Crimen organizado en Córdoba
La sombra del crimen organizado en Córdoba
La sombra del crimen organizado en Córdoba
La sombra del crimen organizado en Córdoba
La sombra del crimen organizado en Córdoba
La sombra del crimen organizado en Córdoba
La sombra del crimen organizado en Córdoba
La sombra del crimen organizado en Córdoba
La sombra del crimen organizado en Córdoba

Narcotráfico

La radiografía del crimen organizado en Córdoba

10/05/2022 | 11:34 | En los últimos tiempos se ha consolidado la incorporación de bandas extranjeras, mimetizadas con cordobeses. Territorios, drogas, sicarios y cárcel, en un combo violento.

Redacción Cadena 3

Juan Federico

Un ataque a balazos que sólo de casualidad no mató a los dos heridos. Un importante poder de fuego. Y, como telón de fondo, droga ya lista para su venta al menudeo.

Jean Alexis Chuqui García fue condenado a purgar siete años y medio de cárcel, mientras que Helar Francis Millones Pasquel recibió siete años y cuatro meses de prisión.

En el mismo juicio, a Jannyn Nataly García Polo se la condenó a dos años y ocho meses de prisión efectiva por tenencia ilegal de arma de fuego de guerra y tenencia simple de estupefacientes.

La sentencia acaba de escucharse en la Cámara 10ª del Crimen de la ciudad de Córdoba.

Los tres habían llegado hace más de un década y media a Córdoba, desde los suburbios del Gran Lima, en Perú. En todo este tiempo, jamás se radicaron de manera oficial: ni DNI, ni aportes a la Afip ni nada. Invisibles para el Estado.

La ilegalidad en la que vivían no era sólo una formalidad de residencia. En el juicio se demostró que los tres eran parte de "La Hermandad", una de las bandas narco peruanas que hace años disputa los territorios en los barrios de Córdoba.

Un espiral violento que de a poco comenzó a atraer la mirada de la Justicia. Un tiroteo. Un "quiosco". Un robo que escondía otro fin. Lo que en un principio aparecían como episodios aislados empezaron a ser unidos por los investigadores en un mismo mapa bajo un hilo en común.

Una radiografía delictiva desplegada en los distintos puntos cardinales de la ciudad y que incluye droga, armas, sicarios, soldados y territorios. Y que une Córdoba con Lima y Medellín, en una larga ruta marcada a por la violencia.

Porque "La Hermandad" tiene su antagonista, "Los Zorritos" o "Los Zetas". 

Escenario la calle

No se trata de las únicas bandas delictivas con fuerte influencia de personas oriundas de Perú que actúan en Córdoba. Y mucho menos se intenta indicar aquí que el narcotráfico en la ciudad sea asunto sólo de peruanos, algo que está muy alejado de la realidad. Pero sí está claro que “Los Zorritos” y “La Hermandad” en los últimos tiempos comenzaron a ganar cada vez más territorio y, sobre todo, que desplegaron un alarmante nivel de violencia en la vía pública.

Fue esta disputa que llevó a la cárcel a los ahora tres condenados.

El caso se remonta a la madrugada del 15 de abril de 2018, en la intersección de Julio A. Roca y La Pampa, Bella Vista, en medio de una fiesta privada que se realizaba en un bar. Luis Alberto Salvatierra, alias “Maicol”, un hombre de entonces 39 años oriundo de Perú, salió a la vereda para pagarle a uno de los músicos contratados, momento en el que recibió una ráfaga de disparos provenientes desde un auto. Sobrevivió a cuatro balazos.

La investigación que lideró en ese momento la fiscal Liliana Copello determinó que “Maicol” formaba parte de “Los Zorritos” y que fue atacado por una facción de “La Hermandad”.

Aquella madrugada, además de “Maicol” también fue herido de un balazo un hombre de 32 años que lo acompañaba en la fiesta. Cuando lo cargaban en un auto Chevrolet Sonic para trasladarlo al hospital San Roque, un policía que se había acercado hasta la zona alertado por vecinos que escucharon los disparos observó que el conductor del vehículo también portaba un arma de fuego, por lo que intentó frenarlo. Ante esto, el que manejaba aceleró y embistió al agente, que terminó en el Policlínico Policial.

Menos de un mes después, el viernes 11 de mayo de aquel año, otra vez una balacera asociada a esta disputa territorial asoló un barrio de Córdoba. Enrique Farías Rodríguez (35), de nacionalidad peruana, salió de su casa de Armengol Tecera y caminó media cuadra hasta Enrique Tornú al 2400, entre los barrios Marechal y Villa Páez. Llevaba en brazos a su pequeña hija, de entonces 23 meses. Los investigadores siempre sospecharon que pretendía utilizarla de escudo, porque ya sabía que había gente interesada en matarlo.

Según los testigos, aparecieron tres hombres armados con pistolas nueve milímetros que les dispararon desde corta distancia. Farías Rodríguez recibió seis impactos: en el abdomen, en la espalda, en un glúteo y en una pierna. Fue trasladado al Hospital de Urgencias, donde lo sometieron a una intervención quirúrgica y lograron salvarle la vida.

Su hijita también fue herida: sufrió un tiro en una pierna y otro en el abdomen, con la fortuna de que el proyectil le atravesó la piel y quedó alojado sin dañar ningún órgano.

Tras la balacera que dejó al menos ocho vainas servidas, los atacantes se subieron a una camioneta oscura y escaparon. Los sabuesos policiales que trabajaron bajo directivas de la fiscal Copello nunca lograron identificar a los autores, aunque no tuvieron dudas de que se había tratado de un capítulo más de la disputa entre “La Hermandad” y “Los Zetas”.

La misma trama

Cuando esta guerra comenzó a quedar en evidencia, ya que los protagonistas no tenían ningún reparo en hacerla visible, desde el Ministerio Público Fiscal se tomó una decisión: generar un equipo especial para investigar el crimen organizado en Córdoba, liderado por el entonces fiscal de instrucción Gustavo Dalma.

Hasta entonces, había varias causas desperdigadas en diferentes fiscalías del fuero provincial y federal, con distintas fuerzas investigando al mismo tiempo. La idea fue organizar una información que no estaba concentrada en ninguna parte.

A partir de ese momento, el mapa de la violencia organizada en la provincia comenzó a tener una estructura propia. Bandas, nombres, roles y límites cada vez más difusos.

"Los Zorritos" tenían base en La Paternal, ciudad de Buenos Aires. De allí, se ramificaron hacia las ciudades de Córdoba y San Francisco, además de Frontera, en Santa Fe.

Su líder era Óscar Edmundo Quispe Najarro, "el Zorrito", quien vivió 40 años intensos, gran parte de ellos al margen de la ley, tanto en Perú como en Argentina.

El 11 de octubre de 2019, cuando había ido de visita a su país, sicarios lo ejecutaron en una esquina de Santa Anita, uno de los distritos que conforman el anillo que rodea a la ciudad de Lima.

En Argentina, Quispe Najarro usurpó numerosas identidades: Julio César Benavídez, José Carlos Gómez Guamini, Marcos Guzmán Escano, Marcos Alberto Aguilar y Juan Manuel Castañeda fueron sólo algunos de los 20 nombres que fue utilizando de manera alternada.

Su funeral quedó registrado en un video, subido a las redes sociales: el ataúd se alzó en medio de una calle y una banda musical acompañó toda la ceremonia. Hubo gritos, cánticos y mucho alcohol derramado.

Tras el crimen, su cuñado, Eduardo "Toro" Bellido quedó al frente de "Los Zorritos". No duró ni un año al mando.

El 8 de noviembre de 2020, un grupo armado ingresó en un bar peruano de barrio Alberdi y le disparó tres veces en las piernas a un comensal. La investigación del fiscal Dalma llevó a la cárcel a Bellido (que ya tenía una causa abierta por narcotráfico) y a Alex Chávez Quirós, apuntados como los atacantes.

A ambos ya los buscaba la Justicia Federal por un secuestro ocurrido en julio de ese año, cuando un hombre peruano fue llevado cautivo cuando salía de almorzar en un bar de barrio Ducasse.

Su caída no deterioró el poder violento de la banda.

El 16 de diciembre de 2020, delincuentes secuestraron a un hombre en plena avenida Duarte Quirós, en el cruce con calle Ocaña, a pocas cuadras del shopping.

Lo llevaron cautivo a un domicilio de Villa Retiro, donde lo ataron, lo sometieron con una picana y terminaron por dispararle en las piernas. Luego, lo abandonaron en un callejón de tierra, en un auto que también apareció baleado.

La víctima, de nacionalidad peruana, jamás quiso contar mucho ante los investigadores. No se trató de una excepción: una de las grandes dificultades que han encontrado los policías a lo largo de estas causas ha sido que siempre se han topado un impenetrable código de silencio y miedo.

Pese a ello, meses después, los pesquisas detuvieron a un supuesto sicario colombiano, que ya había viajado a la ciudad de Buenos Aires. Fue identificado como Didier Sabino Hurtado Riascos, "El Morao", quien se ocultaba en la villa 31.

"Nosotros nos hemos enterado sólo de unos pocos casos, pero sabemos que entre estas bandas hubo varios secuestros, muy violentos. En todos los casos, pedían dinero o droga, o directamente buscaban que las víctimas se cambiaran de banda y comenzaran a trabajar para ellos", confió ahora un investigador judicial.

Y agregó otro dato revelador: tras la caída de los cabecillas, estas bandas comenzaron a disgregarse. Pero no desaparecieron, sino que se multiplicaron en células.

Un ejemplo de esta situación quedó en evidencia en julio del año pasado, cuando 16 personas (11 peruanos y cinco cordobeses) fueron detenidas acusadas de haber montado un grupo dedicado a la venta de cocaína en los barrios San Roque y Villa Páez, de la ciudad de Córdoba. 

Los supuestos líderes, conocidos como "Centavo" y "Papi" habían formado parte de "Los Zorritos". Se les secuestró dos kilos de clorhidrato de cocaína ya fraccionados para la venta y 1.250.000 pesos en efectivo.

Ni la cárcel los frena

Desde que este año el fiscal Dalma "subió" a una Cámara, la fiscalía quedó a cargo de María Celeste Blasco. Aún no se definió si ella continuará con la competencia especial para perseguir al crimen organizado en Córdoba.

En total, son 10 los "Zorritos" detenidos por diferentes causas en los últimos tiempos en Córdoba.

Dos de ellos, Juan Enrique Conde Carbajal y Michael Christian Salvatierra Romero, fueron atrapados en noviembre del año pasado. Sindicados como los nuevos jefes de la banda, ya estaban prófugos cuando a los investigadores les llegó el dato de que iban a participar en una fiesta en un local bailable de barrio Pueyrredón. Se montó un discreto operativo en las inmediaciones, hasta que fueron divisados y lograron atraparlos cuando llegaban.

Desde entonces, permanecen detenidos. Pero eso no significa que quedaron inactivos, mientras comenzaba el proceso de resocialización en el Servicio Penitenciario. A mediados de abril último, el fiscal del fuero de lucha contra el narcotráfico (antimenudeo), Carlos Cornejo, ordenó allanar sus celdas en el penal de Bouwer, donde se secuestraron celulares.

De manera paralela, los efectivos de la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA) secuestraron cinco kilos de cocaína que acababan de llegar en una encomienda a la Terminal de Ómnibus de Córdoba, y se halló casi un kilo más de la misma droga en distintos operativos en los barrios Los Naranjos, Bella Vista y San Ignacio. Una mujer peruana, otra paraguaya y un varón colombiano terminaron detenidos. Se sospecha que los cabecillas, presos, muñidos de los teléfonos ilegales continuaban moviendo los hilos de la banda.

Demostraron, una vez más, que para el crimen organizado en Córdoba, las fronteras siempre son bien difusas.

/Inicio Código Embebido/

Mirá también

/Fin Código Embebido/

Policiales ilustrados

Producción periodística: Juan Federico.

Producción artística: Nicolás Sánchez.

Idea y realización: Leo Castellano.

Dirección general: Sergio Suppo.

Te puede Interesar

Lucha contra los narcos

Ocurrió en Villa Inés de la ciudad de Córdoba. El operativo fue encabezado por la Fuerza Policial Antinarcotráfico y Gendarmería Nacional. En una cuadra funcionaban cinco puntos de venta de droga. 

Narcotráfico en Córdoba

De manera sorpresiva, el fiscal Moine avanzó en la imputación y detención de cuatro de sus socios. Fue asesinado por sicarios en enero de 2019. La pista de Los Monos.

inseguridad vial

En los últimos tiempos, se comenzó a aplicar de manera tenue en distintos tribunales. La utilización de esta figura legal es reclamada para las organizaciones que bregan contra la inseguridad vial.

La Mesa de Café

A partir de la propuesta iniciada por el Ipem 338, todos los meses de mayo se celebra en toda la provincia el "Día de la Promoción de la Palabra y la No violencia en el espacio público".