Una ciudad con canteros, pero sin árboles

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Una ciudad con canteros pero sin árboles

24/09/2021 | 18:56 | La Muni de Córdoba transformará la Maipú-Chacabuco en bulevar. Un motivo es crear un pulmón verde. Mientras, en las veredas, cada 7 árboles que ves hay 2 que faltan. Nadie exige que los planten.

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La Municipalidad de Córdoba se apresta a iniciar el lunes una obra que va a complicar a los vecinos durante un buen tiempo: transformar la avenida más ancha que cruza el centro de la ciudad -de las muy poquitas que hay- en un bulevar. En el medio de la avenida Maipú y Chacabuco habrá un cantero con árboles.

El lío que va a generar no es razón para no hacer las cosas. Si no, nunca cambiaríamos nada. De todos modos, ya da lugar a muchísimas discusiones sobre el impacto que tendrá en el tránsito, en el comercio, en el valor immobiliario de la zona y el futuro mismo del centro cordobés.

Pero yo me quiero detener en un punto: dice la Municipalidad que uno de los objetivos de la obra es dotar de un nuevo pulmón verde a la ciudad, en el cantero central, se supone.

Y ahí debería destaparse otra olla, que es el desierto de árboles en que se está transformando el resto de la ciudad. Ni siquiera se ha terminado un censo. En 2019 datos preliminares mostraron que, por cada 7 árboles que ves en las veredas, hay 2 que no los ves porque no están.

Caminar por los barrios más tradicionales de Córdoba es una lágrima. Cientos de edificios de departamentos y locales comerciales, millones de dólares en inversiones se han volcado en barrios como Nueva Córdoba, General Paz y Alta Córdoba. Entre otras cosas, los inversores eligieron esos barrios para el boom inmobiliario porque sus árboles les daban una belleza añosa, fresca y verde.

No han hecho más que escupir para arriba. Ellos mismos se encargaron de eliminar los árboles que usaron para venderles departamentos a los incautos que los compraron y ahora viven en cuadras enteras con cazuelas vacías, cuando no directamente tapadas con cemento. A veces hay árboles, pero esmirriados, cortados, dañados. Los mayores enemigos de esos árboles son los comerciantes que ocupan los locales de las plantas bajas: no quieren que el árbol tape los hermosos carteles de sus negocios.

La Municipalidad parece no hacer nada al respecto. Si es que Espacios Verdes hace algo, les aviso que no se nota.

Por empezar, a los frentistas que no ponen su árbol, habría que darles leña, reventarlos a multas. Y cobrárselas. No puede ser que se aprovechen así del capital comunitario que generan los demás (los que ponen árboles) mientras ellos tapan con cemento su taza.

Otra cosa que podría hacer el Concejo Deliberante es adecuar las normas para permitir que se pongan especies de árboles más adecuadas, por ejemplo, árboles de troncos más finos y copas más elevadas, para impedir que tapen las vidrieras.

En algún momento el municipio y los concejales tendrían que ponerse las pilas, para que un cantero no nos tape el desierto de árboles en que se viene convirtiendo la ciudad desde hace muchos años.