Stiglitz, sus amigos, y el buenismo económico (Por Adrián Simioni)

Default o no default

Stiglitz, sus amigos, y el buenismo económico

06/05/2020 | 18:48 | En 2005 algunos alabaron la enorme quita de deuda que impuso Argentina con argumentos parecidos a los de hoy ¿Por qué qué esta vez sí va a funcionar?

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130 prestigiosos economistas del mundo, encabezados por el Nobel Joseph Stiglitz y entre los que hay progresistas muy famosos como Paul Krugman publicaron una nota en medios internacionales en la que instan a los acreedores de Argentina a aceptar la propuesta de Martín Guzmán, discípulo de Stiglitz, para llegar a un acuerdo y eludir el default.

Bienvenido el respaldo. Cuando te ayudan, no hay que contarle los dientes al caballo.

Pero uno no puede con su genio. Es imposible no detenerse en algunos planteos de estas mentes tan brillantes.

Por un lado, el pedido está fundado en la pandemia. Dice que los países en desarrollo como Argentina necesitan un alivio de deuda en esta crisis y que el caso argentino puede ser el camino a seguir. El argumento es medio pobre. Todo el mundo sabe que estábamos yendo al default mucho antes de que escucháramos la palabra “coronavirus”.

Por otro, dicen que, si los bonistas aceptan el recorte, Argentina podrá salir adelante con una deuda sustentable y cumplible.

Pero, claro, para que ese argumento funcione tienen que callar que Argentina ya usó los mismos argumentos en los canjes de 2005 y 2010. Y no es que lo ignoren.

Por ejemplo, en 2005 y 2010 el propio Stiglitz alabó la enorme quita de deuda que impuso Argentina con argumentos parecidos a los que da hoy. ¿Entonces? ¿Qué pasó? ¿Por qué qué esta vez sí va a funcionar?

Stiglitz podría decir que, luego de esos canjes, Cristina Fernández volvió al gasto populista y transformó los superávits gemelos que recibió en los déficit gemelos que entregó. El macrismo no supo ni pudo revertir aquel desperdicio. No hacía falta ser premio Nobel para darse cuenta de que, así, Argentina tarde o temprano iba a volver a entrar en crisis de deuda.

Pero Stiglitz y los suyos nunca dijeron nada sobre eso. Ni lo advierten hoy. Porque prefieren juegan al buenismo demagógico.

Obviamente, por más premios Nobel que tengan, estos profesores progres no van a convencer de nada a los acreedores, que conocen a la Argentina mejor que ellos. Tampoco les importa. Al fin y al cabo, si la historia de 2005 se vuelve a repetir, ellos no sufrirán las consecuencias. Seremos los argentinos los que, en 10 años, estaremos ¡otra vez! haciendo las mismas promesas para zafar de un default.