Pesadilla en el Conurbano (Por Adrián Simioni)

Crisis sanitaria

Pesadilla en el Conurbano

06/07/2020 | 16:38 | El pico llega, se supone, con el sistema sanitario mejor preparado pero con la sociedad más agobiada. En el Amba, intendentes y la Iglesia pintan un panorama grave.

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El fin de semana habló el intendente de José C Paz, Mario Ishi, un arquetipo del “barón del conurbano”. A muchos les corrió un escalofrío. Pronosticó que, para fines de agosto, la situación social será igual a la del 2001. Contó que de los 8.000 negocios de su distrito ya se fundieron 1.500. La pandemia, dijo, se extiende. La cantidad de casos se duplica cada 10 días. Y crecen la delincuencia y el riesgo de desbordes. “Se está desmadrando y la gente se vuelve intolerante”, dijo.

Esto que un intendente ve en su distrito lo ve la Universidad Católica Argentina en todo el conurbano. Estima que la pobreza en abril estuvo en niveles de 45% y la indigencia de 16%.

En La Matanza, un grupo de curas cuestionó la acción estatal. Criticaron la tardanza de los testeos y su calidad: dicen que muchos testeos fueron apenas una encuesta. Dicen que tampoco funcionaron los protocolos de aislamiento. Que los teléfonos oficiales no responden. Los resultados de las pruebas se demoran. En concreto, dicen que después de 100 días de cuarentena se desconoce la cantidad de personas con Covid 19. En media docena de partidos del conurbano ya están ocupadas más del 75% de las camas de terapia.

Esta es la coincidencia. Los 100 días de cuarentena destrozaron la economía y no sirvieron para frenar la pandemia. Sólo para demorarla. Y ahora al pico hay que enfrentarlo con el sistema sanitario mejor preparado pero con la sociedad más agobiada.

Y no sólo eso: el Estado también ha gastado sus cartuchos. De hecho, el nuevo 2001 que pronostica el intendente Ishi, no será igual. Cuando el 2001 estalló y la pobreza picó al 50%, no existían la AUH, las jubilaciones sin aportes, los bolsones, la tarjeta Alimentar o el IFE o el subsidio de sueldos privados. Ahora todo eso ya se hizo, se gastó. Y sin embargo, la pobreza está en los mismos niveles.

En 2001 el Estado salió con más asistencialismo, porque partía de un nivel mínimo. A esta crisis, en cambio, el Estado entró con un nivel récord de asistencialismo que hace años ya no se puede sostener.