Las horas más oscuras del club de los 30

Pasando los 30 se está demasiado cerca del principio del fin y ese es el mojón en común en la línea del tiempo para los Otamendi, "Kun" Agüero, Gonzalo Higuaín, Sergio Romero, Ángel Di María y hasta para el propio Lionel Messi que ya superó esa marca.

En estas horas oscuras para la selección, que sigue sin plan ni brújula, imaginamos al genial goleador del Barcelona en la piel de Gary Oldman, el fantástico actor británico que interpretó fielmente al primer ministro Winston Churchill en tiempos aciagos para el destino de Europa en los primeros días de la Segunda Guerra Mundial.

Momentos de temor y de tensión hasta que su majestad el Rey lo visitó para expresarle su apoyo y le pidió que escuche la voz del pueblo para decidir si negociaba un tratado dudoso de paz con Hitler o si luchaba a pie firme contra su temible potencial bélico.

No hay comparación con aquello, pero igual hay que tener muñeca para manejar las emociones y coraje para sacar adelante con valentía uno de los momentos más duros del fútbol argentino. La desastroza falta de orden, la ausencia total de un plan de trabajo, la falta de respuestas individuales y un preocupante silencio stampa del mejor futbolista de todos los tiempos ponen, más tenue y lejana, la luz que todos queremos ver al final del tunel.

¿Que hará Lionel? ¿Renunciará entregándose al barro de las críticas o pondrá el pecho a las balas para mantener en alto la bandera nacional sobre el palacio de la calle Viamonte? Escuchando a la voz del pueblo a través de los mensajes en la radio algo parece haber cambiado. Aún se perciben las duras críticas expresadas con saña en memes de todo tenor, castigando a nuestras consagradas figuras, pero también comienzan a escucharse voces de apoyo y perdón o cuanto menos comprensión por tanto desmadre de AFA, contexto en el que es muy difícil brillar.

Venimos de un estrepitoso porrazo mundialista. Es tiempo de calmarnos y reformular. Aceptar esta burla del destino pues no alcanzó a reanudar la temporada y ya fueron noticia mundial los dos goles del "Kun" para el City, los dos de Di María para PSG y el millonario traspaso del "Pipita" al Milan, erigiéndose en uno de los jugadores que más dinero movilizaron en el mercado europeo detrás de Neymar y CR7.

Entonces ¿por qué nos pasa lo que nos pasa? La respuesta emerge clara. Los nuestros brillan donde es posible brillar y la selección hace rato que es un lodazal impresentable. Todos debemos bajar un cambio: los hinchas, los periodistas y también los jugadores. Quitarnos esa presión poco productiva y aceptar que sólo el trabajo a largo plazo y bien planificado podrá devolvernos el carácter de potencia mundial que hemos perdido.

Escuchar esas voces de apoyo y compresión para salir de las horas más oscuras que se recuerden proyectando a nuestros mejores hombres rumbo a Qatar 2022 cuando tendrán cerca de 35 años y en esa batalla se gasten la última bala.