El mejor sponsor siempre es la gente

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El mejor sponsor siempre es la gente

10/09/2018 | 20:26

Raúl Monti

Vayamos un ratito a pedirle auxilio al mataburros.

Sponsor: marca comercial o empresa que paga los gastos de una persona o un acontecimiento público, cultural o deportivo con fines publicitarios.

Cambie “marca comercial o empresa” por "público". Finalmente cambie “fines publicitarios” por "fines recreativos" o "de esparcimiento". Lo que queda en el tintero, como denominador común, es siempre “la gente”. La “que paga los gastos de un acontecimiento” en este caso deportivo.

Les paga directamente a los futbolistas, a los árbitros, a los clubes y a las empresas que patrocinan el deporte consumiendo lo que estas empresas venden. También ligan elípticamente los periodistas que, si no tuviesen público al que dirigirse, tampoco tendrían sponsors para remunerarse.

Dio pena ver tribunas semi vacías para un Talleres vs. River en un fin de semana sin fútbol. La pena de lo organizado a las apuradas; a tontas y a locas, sin respeto por ese público que siempre es el que paga todo.

El apuro por cumplir un convenio alguna vez firmado para ejecutarse en alguna fecha no determinada de un calendario no disponible. Apuro por concretar un compromiso comercial tomado con un sponsor que ya ni figura en una de las dos camisetas.

Por un convenio que pareció convenirle a todos, menos a la gente, cuyos legítimos intereses de recrearse y distraerse pretendieron subestimarse una vez más.

Pero esta vez se les dio la espalda a los vendedores de buzones. Se les dio una magnifica lección a los organizadores con este rechazo masivo, expresado en notorios vacíos tribuneros.

De los creadores del manual “¿Cómo hacer para chocar un Talleres-River?  Pueden encontrarse capítulos instructivos de como se hace para no mostrar una marca tan importante a simpatizantes tan seguidores de escuadras tan populares.

Y no todo es por la galopante crisis. Sucede que es lógico que debe ofrecerse algo atractivo al público para luego tener el tupé de cobrarle caro, en tiempos donde el mango escasea.

El espectáculo suele valer en papel moneda según la jerarquía del mismo. El pan calentito recién salido del horno no puede valer lo mismo que el pan de ayer. Una entrada para Luciano Pereyra o Abel Pintos no puede costar lo mismo que para escuchar la Sordy Music con Raúl Monti y el dúo Pelopincho. N de la R: (fallido dueto conformado con la Geo).

Solo unos pocos desafiaron la inmensidad del Kempes previo peregrinar por los medios a ver si manoteaban alguna invitación sin cargo. Apenas un puñado de seguidores, los muy fanáticos de la T y los del interior, que ven una camiseta de River con suerte una vez por año por estos santos lugares.

¿Los socios?, bien gracias. Para ellos la bonificación se pareció a un insulto. Ni siquiera se les brindo la chance de un bonus track que valga la pena escuchar.

Pero ha quedado claro que la gente ya no compra cualquiera. Ya no la llevan de las narices ni le enchufan cualquier verdura. Ya no se compran espejitos de colores a 400 pesos.

Si era para practicar se pudo haber jugado en la boutique a puertas cerradas y los DT igual sacaban jugosas conclusiones. Al fin y al cabo cuando las papas queman los Mauro Valiente, Nahuel Bustos, Kevin Sibille, Nahuel Gallardo, Cristian Ferreira o Julián Alvarez no figuran más que en la Tribuna. ¿O acaso Vojvoda y el muñeco necesitan de BBVA para descubrirlos?

La próxima avisen con más tiempo. Inviten a los mejores a la fiestita del futbol que para eso les pagan muy bien. Conviden a la gente con masas y sanguchitos. Ya basta de papitas, chauchas y palitos.