"No es joda hacer de presidente"

Interpretar a un presidente de la Nación es un compromiso actoral distinto e implica un esfuerzo extra porque cada espectador tiene incorporada la imagen del que fue jefe de Estado y, de antemano, una opinión formada.

"Nunca me había pasado que una foto mía caracterizado despertase tantas pasiones. Desempolvó un tema interesante para que se vuelva a poner en el tintero. ¿Qué nos refleja Menem de nuestra propia sociedad?" se preguntó Leonardo Sbaraglia  al medir el impacto que generó su aparición como Menem en fotogramas de rodaje de una serie que ni siquiera tiene aún fecha de estreno.

En declaraciones que formuló a Clarín, Sbaraglia sostuvo "no es joda hacer de presidente" y amplía: "Como actor, es un desafío de los más grandes de mi vida y un personaje bisagra que te invita a superarte".

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Es que Carlos Saúl Menem , el presidente argentino entre 1989 y 1999 sigue despertando críticas y halagos y forma parte de una polémica que , con los años, en lugar de zanjarse se retroalimenta .

A diferencia de Sbaraglia  que no tuvo una relación afectiva  con  el jefe de estado que le tocó interpretar, Víctor Laplace es peronista de la primera hora y asumir el rol del fundador del movimiento le cambió la vida.

 “Yo nunca pensé que iba a hacer a Perón. El director cuando me mostró el guión me dijo: 'Vos vas a ser el mejor Perón de la historia'” declaró hace unos meses cuando una publicación se puso a revisar su filmografía 

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“Los personajes que fui interpretando como Horacio Quiroga son muy importantes y por supuesto que Perón no escapa a esa lógica y por eso también hago en YouTube el 'Perón responde'”, relató el actor haciendo referencia al proyecto que llevó adelante a través de dicha plataforma  representando al expresidente argentino respondiendo preguntas clave de la vida política nacional.

Entre la responsabilidad de Sbaraglia y la admiración de Laplace  tercia Jean Pierre Noher, quien encarnó a Fernando de la Rúa en la serie Diciembre 2001.

El dijo que tuvo "una mirada piadosa" sobre quien entonces era presidente de la Argentina a la hora de componer el personaje y reconoció que hubo otros responsables en la eclosión económica del país en aquellos años.

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"Tuve una mirada piadosa sobre De la Rúa, porque la verdad es que él fue un hombre de Estado: fue jefe de Gobierno de la Ciudad, fue senador muchísimos años... Pero en diciembre de 2001, encontramos a un De la Rúa aislado de la calle, muy metido en Olivos, con un entorno difícil, con teléfonos que no contestaban, con una soledad muy particular, tomándose 25 pastillas para dormirse el 19 de diciembre, que fue la noche fatídica"