La estafa como forma de vida y los jubilados en la mira

Uno sabe, a los 5 minutos de empezar a ver "Descuida, yo te cuido" que debe ser verdad aquello de que el camino del infierno està empedrado de buenas intenciones. La protagonista, Marla , se ocupa de buscarles ubicaciòn a jubilados/as que han quedado solos y, al menos en apariencias, necesitan la compañía de sus pares y atención especializada .

Es un detalle no menor que las personas de las que se ocupa con eficiencia y rapidez sean propietarios de viviendas, automóviles , obras de arte y cuentas bancarias.Y también que una semana después de que hayan sido compulsivamente trasladados de la casa al geriátrico, todo su patrimonio cambie de manos y pase a engrosar los depósitos de Marla.

Escrita y dirigida por el inglés J Blakeson ya le permitiò a Rosamund Pike- la Marla de la historia- levantar un Golden Globe. Cínica y despiadada, toda la filosofìa de vida de la "cuidadora" de los viejitos se resume en la frase que enuncia en el primer minuto de la pelìcula. “Hacer las cosas bien es un chiste que inventaron los ricos para mantener en la pobreza al resto. Y yo ya fui pobre bastante tiempo".

La tutora trabaja en complicidad con una médica que le pasa letra a la hora de asignarle enfermedades al jubilado de turno. El resto es un trámite: breve audiencia en un tribunal de familia , lectura del diagnóstico que deja claro que esa persona no puede valerse por sí misma y traslado al geriátrico.

Marla y su pareja ( Eiza González) no paran de hacerse más y más ricas hasta que se equivocan al elegir a una de sus víctimas . La película avanza como comedia y como thriller , con actuaciones convincentes como la de Dianne Wiest-la jubilada que desata el principio del fin- y Peter Dinklage, el laureado Tyrion Lannister de Juego de Tronos.

Está en Netflix, dura 1 h 58 m, consiguió un premio de la Asociación de la Prensa Extranjera en Los Angeles , y aunque no tiene intenciones de ir más allá del mero entretenimiento, sirve para darse cuenta de lo vulnerable que es el ser humano, de lo fácil y rápido que una persona puede ser despojada hasta de su identidad . Y también, claro, que a veces la justicia llega de forma inesperada.