Tirso, un tipo de pocas pulgas, que quiere limpiar el barrio.

Habrá una segunda parte

"Entrevías" es una copia descarada de "Gran Torino"

31/05/2022 | 10:06 | La serie española es un éxito en gran parte del mundo no obstante su absoluta falta de originalidad.

Redacción Cadena 3

Por María Rosa Beltramo

Todavía sigue en el top ten de Netflix la serie española “Entrevías", que consiguió ubicarse entre las 3 de habla no inglesa más vistas de la plataforma a nivel global. En total, los suscriptores han consumido 20.200.000 horas de reproducción, colocándola por encima de otras superproducciones.

La historia sigue a Tirso Abantos (José Coronado), un veterano del conflicto de Bosnia y ferretero cuyo negocio ha quedado en medio de una zona en la que 8 de cada 10 habitantes son inmigrantes y la mayoría de ellos, latinos.

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A los cinco minutos de sentarse frente al televisor el espectador comenzará a tener la impresión de que en alguna parte vio algo muy parecido. Tirso es un tipo áspero, solitario, terriblemente mal llevado y alevosamente racista.

Es justamente esa alevosía -a los españoles se les suele ir la mano con los guiones- lo que lo distingue de lo que seguramente fue la fuente de inspiración: el Walt Kowalsky (Clint Eastwood) de “Gran Torino”, sólo que el de la película había estado en la guerra de Corea y vivía al lado de una familia coreana y el de la serie luchó en Bosnia y trabaja y vive al lado de un comerciante chino y una desempleada colombiana y su hijo.

La parquedad del Kowalsky de “Gran Torino” lo salvaba de andar diciendo idioteces por el barrio. El personaje de Coronado, en cambio, llama despectivamente “panchitos” a los colombianos, grita todo el tiempo, no sonríe ni aunque le hagan cosquillas y es capaz de maltratar a su propia nieta, una chica nacida en Vietnam, a quien él trata de “china”.

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”Entrevías” fue rodada en varios de los barrios obreros del sur de Madrid, de Villaverde Alto a Entrevías (Puente de Vallecas), que también es responsable del nombre de la ficción.

La acción se dispara cuando Tirso lleva a su nieta Irene (Nona Sobo) a vivir con él. La adolescente atraviesa por un período de rebelión propio de su etapa vital y encima está enamorada de Nelson (Felipe Londoño), un colombiano que no hace nada y malvive junto a su madre, una mujer que trabaja todo el día pero no puede pagar el alquiler.

Hasta que un día, su nene, ayuda a provocar el accidente que deja a la propietaria de un departamento en el hospital; ellos ocupan la vivienda y asunto arreglado.

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Mientras tanto aparecen en escena Sandro (Franky Martí), el único español narco -en realidad es un “gitanillo”- que maneja el negocio de las drogas en todo el barrio; Ezequiel (Luis Zahera), un policía que transita todo el tiempo la línea casi invisible que separa a la ley del delito y un montón de extras latinos que vienen a representar los elementos de mal vivir.

Tan “afanosamente” inspirada está “Entrevías” en “Gran Torino”, que en mitad de la serie le robaron una escena completa a la película. En la de Clint, después que Kowalsky le da trabajo a Thao (Bee Vang) llega a su casa toda la familia coreana llevándole comida .

En la serie española, Tirso defiende al chino del bazar de la esquina de un ataque y el comerciante se le aparece en la ferretería con toda su prole y varios platos típicos, lo que le genera más incomodidad que beneplácito.

No hay un Torino en “Entrevías” pero su  protagonista tiene un Mercedes Benz impecable , al que no duda en estrellar  contra el taxi estacionado de uno de los colombianos que  un minuto antes se había negado a bajar el volumen de la música.

Tirso no  afloja con el mal genio y los insultos  ni cuando parece dispuesto a dar la vida por su nieta, aunque en algún momento - y después de maltratarla a lo largo de siete episodios- parecerá cautivado por la madre del novio de su nieta, sobre todo después de que ella arriesgue su propia vida para salvarla del tipo que la trata de pancha.

La serie funciona muy bien en Argentina y en varios países del mundo y ya han comprometido una segunda parte. Con tanta difusión global ya va siendo hora que los que figuran como guionistas aclaren que lo suyo es un intento de homenaje a “Gran Torino”. Sería estupendo que lo hicieran antes que los acusen de plagio.

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