Analizan acusar de abuso sexual al policía que filmaba a compañeras en el baño

El escándalo que sacude los cimientos de la Jefatura de la Policía de Córdoba sigue escalando. Lo que comenzó como una denuncia inquietante por violación a la intimidad, ahora podría derivar en una acusación aún más severa: la de abuso sexual.

El cabo Germán Peralta, actualmente alojado en el penal de Bouwer, está en el ojo de una tormenta judicial que pone en jaque la confianza y la seguridad de las mujeres dentro de la propia fuerza policial.

Desde la fiscalía, a cargo del doctor Franco Pilnik, confirmaron que Peralta ya se encuentra imputado por los delitos de lesiones graves agravadas por violencia de género y violación de domicilio.

Sin embargo, la investigación judicial avanza a paso firme, y el fiscal Pilnik analiza seriamente la posibilidad de agravar la acusación, elevándola a la figura de abuso sexual.

El horror en el "área sensible" de la Jefatura

Los hechos que se le imputan a Peralta son escandalosos. Según la investigación, este efectivo policial se dedicaba a filmar a sus compañeras mujeres mientras utilizaban los baños del área de Medicina Laboral de la Jefatura. Este sector, ya de por sí sensible, es donde se realizan los aptos psicológicos del personal, lo que añade una capa de ironía y perversión a la situación.

Hasta el momento, seis denuncias de mujeres policías se han radicado formalmente, pero los reportes internos sugieren que la cantidad de afectadas podría ascender.

"Una mano y un celular": el modus operandi

Las denuncias comenzaron a llegar a fines de agosto. Las víctimas, con una mezcla de intuición y horror, detectaron un patrón inquietante. El método del acoso era invasivo y furtivo: una mano con un celular era introducida en los cubículos de los baños para fotografiarlas y filmarlas en sus momentos más íntimos y vulnerables.

El testimonio de una de las afectadas, cuya identidad se mantiene en reserva, es un puñetazo directo al estómago: "Estaba en el baño y de pronto vi una mano con un celular. No sé quién me estaba espiando". El impacto psicológico de esta invasión ha sido tan severo que esta mujer se encuentra con carpeta psiquiátrica hace más de dos meses, un claro reflejo del daño psicológico profundo que sustenta la acusación de lesiones graves.

El archivo comprometedor y el giro de la investigación

La investigación, que se concentró rápidamente en el Polo de la Mujer, reveló que el cabo Germán Peralta era quien tenía en su poder las pruebas de su accionar. 

Un vasto archivo fotográfico y de video comprometedor fue descubierto en su celular, consolidando las sospechas y las denuncias.