Deportes

Las medias del "Nano"

04/07/2011 | 20:31

Unas medias azules con la parte de arriba en rojo. Cuando digo la parte de arriba es lo que al doblarse queda sobre la pantorrilla. Eso me trajeron los reyes magos una vez.

Y yo que veía en los viejos Gráficos las medias de San Lorenzo más o menos con ese diseño salí a decir que por idea de Melchor me había hecho acreedor de las medias del “Nano” Areán.

Es que mientras la mayoría de los medios ponderaban a los “carasucias” de Boedo con la mirada puesta en el Bambino Veira, el Loco Doval y el Manco Casa; a mí, sin verlo jugar porque no había tele, me gustaba, o me parecía que el mejor era “el Nano” Areán.

Según mi hermano era el cerebral de los “carasucias”. El que hacía brillar al resto.

Areán nació el 16 de Febrero de 1942 y murió hace unas horas.

Así como cualquier muerte de un contemporáneo, uno recibe la noticia como un golpe de un peso pesado en plena mandíbula.

"El Nano" jugó en Boedo, en Banfield y en el exterior. Y elegí escribir sobre él porque mientras relataba el final de Brasil-Venezuela con mucho frío en el cuerpo,la noticia de su muerte me congeló el alma.

En el mundial del 98, “el Nano”, que había ido por sus medios a aprender, durante la primera ronda y se bancaba como podía el viaje, se unió a un grupo de dos o tres caminantes que recorríamos París el día antes de trabajar en los horarios de nuestros programas, entrada la noche de Europa.

No se por qué se apareció un día en el centro de prensa y, por el conocimiento que teníamos de él, por su paso como técnico de Belgrano y Talleres y de equipos porteños como Argentinos, Español y San Lorenzo, entablamos charlas que se prolongaron durante los días en barcitos típicos.

Allí “el Nano” contaba las peripecias de aquellos “carasucias” del “Ciclón” en mediados de los 60.

Un tipo enorme, en cuerpo y alma. Un bohemio de la vida, que desparramaba sus experiencias ante las miradas asombradas de quienes compartíamos la hora de la merienda en la capital francesa, con una baguette y una cervecita.

“El Nano”, que alguna vez fue retirado en camilla de la Bombonera cuando dirigía San Lorenzo en una liguilla porque no pudo soportar la emoción de la victoria, partió hacia un potrero de nubes mientras estaba en Mendoza buscando talentos para llevar al club de sus amores y su historia.

Sentí mucho la noticia. Por él, por el fútbol, por su familia, porque esos personajes no terminarán de irse nunca, ya que quedarán en las fotos y las historias de la redonda.

Se murió Fernando José Areán. “El Nano” Areán.

A mí alguna vez, los reyes, me trajeron sus medias.