Obscenas postales de Marbella

-Es evidente que Martín  Insaurralde no puede explicar con sus salarios en cargos públicos y tampoco con su declaración jurada el viaje a Marbella y la navegación en yate por el Mediterráneo.

-El año pasado declaró un solo inmueble en Lomas de Zamora, unos seiscientos mil pesos en cuentas bancarias y la participación en una sociedad anónima por seis millones de pesos. Dice además que no tiene dólares ni euros.

-Ya avisaron que lo denunciarán por enriquecimiento ilícito. Habrán leído ya que el alquiler del barco “Bandido” sale 1000 euros la hora. Sofía Clérici, la acompañante de Insaurralde, asegura que ella viajó a Marbella a visitar a su hermana, que vive allá y que el barco es de un amigo de su hermana y se lo prestaron un día entero para navegar.

-Afirma también que los relojes y carteras se los compró ella sola y que no tiene nada de malo que una persona de la política se tome vacaciones cortas

-Aun así, con todo eso, lo mismo me parece un escándalo. Es un escándalo el lujo y la opulencia del yate navegando por aguas del Mediterráneo mientras en la Argentina, la pobreza supera el cuarenta por ciento, para mí ese es el escándalo.

-Es un escándalo ese contraste entre la vida lujosa del jefe de Gabinete de Buenos Aires y la vida penosa de los habitantes del sur bonaerense, que es uno de los lugares con más pobres y con más necesidades del país. Florencia de la V escribe hoy en Página12 que el lujo es vulgaridad, repitiendo la frase del Indio Solari que fue inspirada en Borges y claro, dice que le da bronca, que le da indignación.

- Pero es que son obscenas las postales de Marbella, que despiertan una comprensible bronca e indignación. Justo ayer vi una nota de un argentino que acaba de ser elegido concejal de una ciudad de Noruega y cuenta que allá todos los funcionarios públicos no viven de ese sueldo. Y eso que Noruega no es un país pobre. Viven del trabajo en el sector privado y la remuneración como concejal en Noruega es el mínimo que rige para el salario básico.