El Estado sigue de fiesta

 -Cuando despuntaba la pandemia allá por el final del verano del 2020 hubo algunos dirigentes de la oposición, particularmente, que se atrevieron a sugerirle al gobierno que hiciera algún gesto de austeridad porque la que se venía era muy complicado. Se venía la paralización total del país durante varios meses. Algún gesto de austeridad,, algún achicamiento de gastos. Quizá alguna donación de parte de los sueldos de los funcionario, que son decenas de miles

-El presidente dijo que no, que de ninguna manera, que no iba a haber ningún recorte que, por el contrario, él esperaba que se mantuvieran como estaban previstos los gastos en materia de personal del Estado. Hay que reconocerle, al menos una vez que el presidente no se contradijo, porque en relación a los salarios del sector privado, los trabajadores del sector público ganaron once y hasta quince puntos, por encima de los trabajadores privados en las últimas paritarias.

-O sea, el Estado, que no tiene fondos, que emite porque no puede endeudarse, que se quedó sin dólares con las consecuencias que estamos comentando sigue gastando como si fuera un país exitoso en la plenitud de su situación económica -Muy por el contrario, no hay una sola señal de austeridad .La pobreza aumentó varios puntos porcentuales, lo cual quiere decir que hay centenares de miles de nuevos pobres en el país. Pero en el Estado argentino no pasa nada o si pasa sigue la fiesta.

- Hace tres semanas, la nueva ministra de Economía, Silvina Batakis , en su primera conferencia de prensa, dijo que iba a administrar en forma centralizada los nuevos gastos que provoque cada uno de los ministerios y reparticiones del Estado, incluyendo las empresas públicas. Han pasado tres semanas y no se ha conocido nada más que ese anuncio.

- En los diarios del fin de semana hubo una filtración periodística respecto de la última reunión de gabinete.Batakis utilizó una expresión bastante cruda para decir cuál era la situación que ya había encontrado en la administración pública nacional. -”Esto es un quilombo de órdago”, dijo la ministra en la reunión de gabinete que fue citado ayer por el diario Clarín. Pero en esa misma reunión hubo otra cuestión. Se quejó de la cantidad de viajes al exterior de los funcionarios, uno de ellos presenta una rendición de un viaje de sesenta mil dólares.