Isabel II cumple 96 años y se confirma sucesor

Juego de tronos

Isabel II cumple 96 años y se confirma sucesor

21/04/2022 | 11:59 | El prestigioso The Economist, periódico semanal fundado en 1843, apuesta desde siempre por un referéndum por la república, tras la muerte de la actual soberana.

Redacción Cadena 3

Luis Eduardo Meglioli

Es una celebración muy especial, el segundo cumpleaños sin su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo, que falleció el 9 de abril de 2021 a los 99 años, y la acompañan sus hijos y nietos. Y también es el encuentro familiar más cercano a la decisión definitiva de la soberana del Reino Unido sobre su sucesión en el trono. 

No estaba todo dicho hasta hace poco. Las dudas sobre si el heredero legítimo de la reina Isabel II, en primer lugar su hijo mayor, el príncipe Carlos, de 73 años, iba a sucederle, o sería el nieto mayor, Guillermo, duque de Cambridge, de 39 años, hijo de Carlos y Diana Spencer, provenían de hace varios años, a raíz del díscolo comportamiento marital del actual esposo de Camila Parker Bowles, ambos, “prometidos” desde la adolescencia, hacen unos 50 años.

A tal punto que, tras casarse formalmente esta pareja, el 9 de abril de 2005, nunca se pensó en darle el título de princesa a Camila porque así estuvo dispuesto desde lo más alto de la corona a raíz de los intensos rumores que inundaron Londres sobre el furtivo romance entre Carlos y Camila y que llegaron a circular en toda Europa, mientras él todavía estaba casado con Lady Di, entonces princesa de Gales. Esta decisión tampoco cambió tras la formal separación de la pareja principesca el 28 de agosto de 1996, cuando Diana perdió definitivamente su condición de miembro de la familia real, aunque siguió siendo noble por su padre, John Spencer, VIII conde de Spencer. Apenas un año después, el 31 de agosto de 1997, ella moría en aquel trágico y confuso accidente en París, al estrellarse en el Puente del Alma el auto en el que viajaba junto a su entonces prometido, el árabe Dodi Al-Fayed. 

La realidad es que la sucesión al trono del Reino Unido se ha regulado siempre por la llamada Acta de Unión del año 1800, donde se disponen las reglas de la primogenitura y así deben aplicarse, salvo alguna indisposición personal, deseo en contrario del primogénito (está el antecedente de la renuncia del rey Eduardo VIII, el 11 de diciembre de 1936 para casarse con una mujer norteamericana, divorciada dos veces) o decisión negativa del monarca por faltas cometidas por el heredero.

Los ingleses, según encuestas publicadas en aquellos años, no veían con buenos ojos la amistad imperecedera entre Carlos y Camila, y la mayoría de ellos, según medios locales y del resto de Europa, descalificaban a Carlos por este comportamiento y no deseaban que él fuese el sucesor de su madre, Isabel II, sino el príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión. A su vez, algunos semanarios ingleses llegaron a titular, “Isabel II prefiere a su nieto para sucederle”. Es que a la reina siempre le molesto la relación de Carlos y Camila, fuera de todas las normas establecidas por la Casa de Windsor o Casa Real del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.

La monarquía británica tiene mil años de existencia y la interrupción republicana solo duró 11 años. Isabel Alejandra María Windsor, nombre completo de la soberana, llegó al trono el 6 de febrero de 1952, con sólo 25 años, tras la muerte de su padre, Jorge VI. En ese momento, ya era madre de dos hijos, Carlos y Ana, y quedaba convertida en Isabel II, la cuadragésima segunda persona que se ceñía la corona del Reino Unido, desde Guillermo el Conquistador. Luego tuvo dos hijos más, Andrés y Eduardo.

Más bien baja y de ojos azules la reina se tiñó mucho tiempo el pelo de color castaño. Hoy su color es el gris. Tiene una voz aguda y monótona y cuando habla en público muestra una expresión que nunca cambió y que la hace parecer distante y difícil de abordar. Robert Massie, en “Dios guarde a la Reina” (Reader´s Digest Selecciones, julio 1993) la describió como “una mezcla fascinante de añeja sangre azul y clase media contemporánea. Parece tan contenta charlando con entrenadores de caballo como con duques y condes. Y se inclina más por las comedias musicales, el jazz norteamericano y el swing de los años '30, e incluso por algunas canciones de Los Beatles, como “Submarino amarillo”, que por la ópera y el ballet.

El día que muera será denominado “Día D+1”, según el protocolo y ceremonial del palacio de Buckingham, y el Consejo de Adhesión del reino se reunirá en el palacio de St. James para proclamar al príncipe Carlos como nuevo soberano. 

Se asegura que en esos momentos de duelo, sucederá alguna reacción de los opositores a la existencia de la monarquía. Y el medio periodístico más identificado con esta postura es "The Economist", creado en 1843, que apuesta por la república junto a un bajo porcentaje de ciudadanos del Reino Unido. Esta prestigiosa publicación llegó a titular en una ocasión, a finales del siglo pasado, cuando se multiplicaban las críticas al príncipe Carlos, que la monarquía “es una idea cuyo tiempo ha pasado", y en un editorial sin precedentes se declaró partidaria de la república, mientras sugería convocar a un referéndum para consultar sobre la permanencia de la corona. 

También se dice que, mientras viva Isabel II, nadie osará pedir su renuncia. Y desde este 21 de abril la reina ya camina hacia su centenario.

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