Guerra y devastación medioambiental

Cualquier conflicto armado tiene como víctimas principales a los seres vivos, humanos, animales, vegetación y el medio ambiente sufren enormemente el impacto de la guerra, los ecosistemas tardan décadas en recuperarse y las vidas de los protagonistas quedan en pedazos difíciles de recomponer.

Aparte de los costos emocionales, económicos, políticos, humanitarios y sociales el medio ambiente recibe un cimbronazo a todos sus niveles que tiene repercusiones en el planeta entero, no es solo destrucción en el territorio geográfico en que se desarrolla la guerra sino que los desastres tienen ramificaciones mundiales.

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La sección de medio ambiente de Naciones Unidas se dedica a investigar, educar e informar sobre la manera en que las batallas destruyen el medio ambiente a corto, mediano y largo plazo y explican que “la guerra y los conflictos armados pueden resultar en una acelerada degradación ambiental a causa de la lucha de los humanos por la supervivencia y la descomposición de los sistemas de gestión ambiental que protegen los ecosistemas. Durante más de seis décadas, los conflictos armados han ocurrido en más de dos tercios de los puntos clave de biodiversidad del mundo, lo que representa una amenaza crítica para los esfuerzos de conservación”.

En sus investigaciones detallan una larga lista de las consecuencias del horror de estos conflictos a nivel humano y en el ecosistema, desde el uso del químico agente naranja en Vietnam entre 1961 y 1971 destruyendo bosques, vidas humanas y animales hasta la deforestación en Afganistán (un 95% deforestado), pasando por la guerra en Colombia y la situación en Ucrania.

Un detalle del desastre

Cuando vemos los campos de batalla, las zonas de guerra, podemos observar toneladas de hierros, cemento, piedras, destrozos incalculables que crean montañas de basura tóxica.

Esto deriva en polución del suelo y el agua, liberación de asbestos y químicos industriales en el aire y cultivos, y la creación de un efecto invernadero fuera de control por el uso de gases, combustibles, pólvora y otros derivados en las armas y explosivos.

Algunos datos impresionantes ofrece Naciones Unidas: en Siria quedaron 15 millones de toneladas de basura tóxica, en Irak 55 millones de toneladas después de la guerra solamente de destrucción de edificios, y uno de los grandes desafíos es cómo mover estos desechos. 

En las calles usualmente toma entre 6 a 12 meses, sin tener en cuenta la demolición extra que hay que hacer de edificios semi destruidos que implica años de esfuerzo de limpieza, millones de dólares en equipos especiales y un costo económico y social devastador.

En un último reporte de Naciones Unidos se asegura que las fuentes de agua potable en Ucrania están amenazadas por la toxicidad del ambiente y por filtraciones de combustible en plantas potabilizadoras cercanas a la zona de batalla poniendo en riesgo el agua de más de 4 millones de personas en estos territorios y que calcula que miles de  niños especialmente en el este ucraniano están en alto riesgo de contraer enfermedades producidas por agua contaminada.

¿Qué podemos hacer?

Otra vez los invito a que pensemos acciones cotidianas y concretas que aporten a la paz y al cuidado del medio ambiente. Siempre tenemos una opción en nuestras manos y aunque no estemos en la zona del conflicto les aseguro que todo lo que podamos sumar hace una diferencia no solo en Ucrania sino en todo el planeta.

-Observa tus comportamientos con el ecosistema

-Recicla

-Reusa

-Planta un árbol por semana

-Participa en grupos vecinales de limpieza de tu barrio

-Habla con tus autoridades y pide que pongan opciones de reciclado en tu zona

-Evita los plásticos y recipientes de comidas sintéticos

-Lleva iniciativas de medio ambiente a la escuela de tus hijos

-Educate también en fuentes alternativas de combustibles

-Si sientes el llamado a ayudar en este conflicto de Ucrania (o en cualquier otro) busca las organizaciones que mandan medicamentos y dinero y dona tu tiempo y recursos

-Sobre todo toma acciones concretas para frenar tus batallas internas y las peleas con los que te rodean. La paz comienza en vos.