Balance y expectativas del ruralismo cordobés

El cierre del año encuentra al sector agropecuario cordobés con un balance que, lejos de la euforia, combina alivio, expectativas y reclamos históricos que vuelven a instalarse con fuerza en la agenda. 

Así lo reflejan las miradas de Maximiliano Razzeto, presidente de CARTEZ, y Fernando Cabassi, presidente de la Sociedad Rural de Arroyito, quien habló en representación de las Sociedades Rurales del Arco Noroeste de Córdoba.

Para Razzeto, el 2025 tuvo un punto de inflexión claro. “El aspecto más destacado del año fue el tema de las elecciones legislativas. Argentina venía con un año muy turbulento y a partir de ese momento se logró una estabilidad que antes no se tenía”, analizó. Ese cambio de clima político permitió, según el dirigente, comenzar a ordenar variables clave para el sector productivo.

En ese marco, resaltó medidas largamente reclamadas por el campo: “Es muy importante la baja de retenciones y de otros impuestos distorsivos que se produjeron durante este tiempo”. A eso sumó un dato alentador para las economías regionales: “Otra cosa importante es el precio sostenido tanto de la ganadería como de la leche, que han tenido muy buenos aumentos en lo que va del año”.

Razzeto también subrayó la relevancia institucional de contar con previsibilidad macroeconómica. “Que Argentina pueda cerrar este año con un presupuesto para el año que viene es realmente importantísimo. No se puede manejar un país sin presupuesto y menos con dos años seguidos sin haberlo tenido”, remarcó.

Expectativas concretas

Pensando en el futuro inmediato, el titular de CARTEZ fue contundente al enumerar los anhelos del sector para 2026. En primer lugar, insistió con un reclamo histórico: “La baja definitiva de las retenciones, algo que hace más de 20 años las gremiales del campo venimos pidiendo para poder demostrar el potencial productivo que somos”.

También puso el foco en la necesidad de una reforma laboral acorde a la realidad actual. “Es necesario contar con una ley laboral aggiornada a los tiempos que corren para fomentar el trabajo registrado, no solo en el agro sino en todas las producciones del país”, sostuvo, al tiempo que pidió dejar atrás “ese lastre que hoy tenemos”.

Finalmente, Razzeto apuntó a uno de los grandes desafíos estructurales: la reducción de los costos de producción. “Eso se logra con el compromiso de municipios, provincias, la Nación y también de los proveedores de servicios, que hoy tienen costos muy altos. En algún momento se tendrán que sincerar para lograr estabilidad y ser realmente competitivos”, concluyó.

El Norte también se proyecta

Desde el interior profundo de Córdoba, Fernando Cabassi aportó la mirada del Arco Noroeste, una región históricamente relegada. “Consideramos que estamos cerrando un año muy positivo, con muchos avances en nuestros reclamos”, afirmó. Y destacó un cambio que, para los productores del norte, resulta clave: “Por primera vez sentimos que nuestro norte, que es tan grande, tan productivo y a la vez tan olvidado, está sobre la mesa de trabajo de las autoridades provinciales”.

Según Cabassi, ese reconocimiento comenzó a traducirse en hechos concretos. “Hay decisiones reales de iniciar obras que mejoren la vida de sus habitantes, haciendo hincapié en caminos, infraestructura, ordenamiento territorial y seguridad rural”, enumeró. En ese contexto, aseguró que “este 2026 nos encuentra esperanzados sobre la línea de trabajo que hemos encarado”.

Si bien reconoció que “es un camino largo”, celebró que “por suerte lo hemos empezado a desandar”. Antes de cerrar, el dirigente dejó un mensaje para el sector: “Un saludo a todos los productores cordobeses, a cada socio de nuestras sociedades rurales que nos apoyan día a día y a cada rural que integra este hermoso grupo que es el Arco Noroeste”.

Entre balances prudentes y expectativas renovadas, el campo cordobés vuelve a mirar hacia adelante, con la esperanza de que la estabilidad y el diálogo se transformen en reglas claras, competitividad y desarrollo para todo el interior productivo.