¿Y si el DT interino llega a la Copa América 2019?

Scaloni al cielo

¿Y si el DT interino llega a la Copa América 2019?

12/10/2018 | 16:51 |

Ante la negativa de los entrenadores y tras las buenas señales observadas en los amistosos y la armonía grupal, desde AFA comienzan a ver con buenos ojos que continúe Scaloni el año que viene.

Diego Borinsky

No, no, tranquilo estimado lector. No enloquecimos ni estamos definiendo al entrenador interino de la Selección Nacional como una mezcla de Rinus Michels y Pep Guardiola. Se trata apenas de un juego de palabras entre su apellido y la mítica canción de Led Zeppelin de los años 70.

Sí podemos afirmar que el hombre nacido hace 40 años en Pujato, ciudad ubicada a 50 km de Rosario y a 13 de Casilda (de donde es oriundo Jorge Sampaoli, un dato clave en esta historia), va renovando su plazo fijo y acreditándolo en la cuenta, como ofrecen los bancos. Que siguiendo la filosofía del maestro Mostaza va desafío a desafío. Y que hoy ya es tema de debate en los programas deportivos de las diferentes señales televisivas y radiales una cuestión que hasta hace dos meses parecía absurda: si Lionel Scaloni, después de los 6 partidos amistosos post Mundial que terminarán de disputarse en noviembre, merece continuar en el cargo. De hecho, un campeón del mundo como Oscar Ruggeri manifestó hoy en el programa que lo tiene como panelista que le parece una buena opción su continuidad. Es más: una encuesta de la cuenta de twitter de Fox Sports, al momento de escribirse estas líneas, con la pregunta: “¿Scaloni debe seguir siendo el técnico de la Selección Argentina?”, registraba un 63 % de “sí” entre los más de 10 mil votantes.

Claro, muchos colegas del gremio con un recorrido importante ya realizado en la profesión, Gustavo Alfaro por dar un ejemplo, se deben querer pegar la cabeza contra la pared. Por una sencilla razón: Lionel Scaloni comenzó su carrera como ayudante de campo y analista de videos del cuerpo técnico de Jorge Sampaoli en Sevilla, en octubre de 2016. Es decir: hace dos años. O sea: hace nada. Llegó a ese lugar por su conocimiento del campeonato español (vivía en España) y porque su padre tenía un vínculo con Sampaoli por aquella cercanía de ciudades. Luego lo acompañó en la Selección, sumándose a la conducción del Sub 20, y cuando se produjo la hecatombe rusa y la negativa de Sampaoli a dirigir el torneo juvenil de La Alcudia, la AFA lo invitó a Scaloni a asumir esa responsabilidad, algo que era totalmente lógico, porque justamente Scaloni era el entrenador de la Sub 20 y no tenía mucho sentido ir a buscar a un entrenador nuevo.

Algunos han tildado a Scaloni de traidor por no haberse marchado junto a Sampaoli. Es una mirada. La otra es que Scaloni no trabaja con Sampaoli desde hace 20 años, como el profe Jorge Desio y Sebastián Beccacece, quienes por supuesto se marcharon con su jefe. Desde esa óptica, es entendible que haya seguido. Además, tenía también un compromiso con esos chicos.

En La Alcudia, Argentina se coronó campeón, mostró un buen juego y también un buen comportamiento. Y como Chiqui Tapia tenía (tiene) a los entrenadores top sin demasiadas intenciones de moverse de sus ocupaciones actuales (Simeone, Gallardo, Pochettino), pues decidió darle los 6 amistosos de septiembre, octubre y noviembre para que los dirija e ir avanzando en la confección del supuesto proyecto que termine por seducir a los entrenadores más cotizados con compromisos firmes de partes de los clubes.

Lionel Scaloni conoce lo que significa la camiseta de la Selección. Sin haber sido una figura destacada, como sí lo fue en Deportivo La Coruña, donde es ídolo tras haberle dado al club la única Liga de su historia (1999/00), se coronó campeón mundial juvenil en Malasia 97 (con un gol a Brasil en cuartos de final), también disputó un Mundial de mayores (2006) y se caracterizó por su carisma. Siempre fue líder en los grupos que integró. Ese mismo carisma, o personalidad, o don de la conducción, la ha exhibido hasta aquí en su corto periplo al frente de la Selección, y es uno de los atributos que miran con entusiasmo desde AFA. No hubo conflictos con Lionel Messi a la hora de decidir su convocatoria, ni con ninguno de los históricos que no han sido llamados hasta aquí, excepción hecha de Chiquito Romero y Nicolás Otamendi. Mantuvo charlas con ellos y no hubo desbordes ni cruces mediáticos. Surfeó con solvencia un mini conflicto que tenía a Paulo Dybala como epicentro por una declaración de su hermano. También lo hizo cuando Diego Maradona lo liquidó con una frase de su sello (“Scaloni no puede dirigir ni el tráfico”). Dijo que no tenía nada para responderle. Y punto.

Aunque dos de los tres rivales que enfrentó la Selección hasta el momento son de nula jerarquía (Guatemala e Irak), en los tres partidos se notaron señales positivas: buenas asociaciones, mayor verticalidad en los ataques, una idea de extremos con perfil cambiado para asociarse por adentro con laterales con perfil correcto para ir por afuera, y renovación de nombres, que era algo que se venía exigiendo desde casi todos los sectores. Ya debutaron en la Selección con Scaloni 13 futbolistas y los 7 goles convertidos hasta aquí tuvieron el sabor de la primera vez para sus autores: Pity Martínez, Gio Lo Celso y Gio Simeone (contra Guatemala); Lautaro Martínez, Germán Pezzella, Roberto Pereyra y Franco Cervi (ante Irak). Contra Colombia empató 0-0 en un partido parejo y este martes será el turno de un Brasil con todas sus estrellas.

Rodeado de dos figuras emblemáticas y queridas de la Selección como Walter Samuel y Pablo Aimar, lo que potencia la pertenencia a la Celeste y Blanca, Scaloni ha ido recibiendo desafíos que fue sorteando con éxito. La Alcudia, primero. El vínculo con las figuras después. La renovación más tarde. Los éxitos, el buen juego y la sensación de cambio de estilo en el campo de juego por último. A los rivales débiles los goleó, como había que hacerlo. Y con los fuertes (Colombia) se dio un desarrollo parejo. Los dirigentes observan también cómo conduce el líder, y si notan armonía (a diferencia de la esquizofrenia vivida con Sampaoli) y los entrenadores más prestigiosos no piensan moverse de los banquillos de sus clubes, ¿por qué no pensar en un nuevo plazo fijo para Lionel Scaloni que se llame Copa América Brasil 2019?