Opinión
03/04/2019 | 12:26 |
La autorizó uno de los dos tribunales orales que la deben juzgar por lavado de activos y asociación ilícita. Sin embargo, queda vigente la orden de regreso por la causa Los Sauces.
Nada es gratis: descomprimir al dólar costará al menos U$S 11.800 millones este año.
La política del Banco Central no va a cambiar. Eso quedó claro cuando la tasa de interés de las Leliq (Letras de liquidación) subió 20 puntos desde mediados de febrero a mediados de marzo para estacionarse en la otra "banda paralela", la que va entre el 60 y el 70% de interés.
La idea es secar la plaza para que los pesos no vayan al dólar y que la codicia le gane la guerra al miedo. La ortodoxia marca este axioma: la mayoría optaría por poner sus pesos en plazo fijo para no perder ante la inflación en lugar de apostar a la divisa norteamericana, que con menor presión (y en medio de una contienda electoral) se plancharía, esquilmándose su valor real.
Pero este apretón tiene un costo: el directo, US$11.800 millones. El indirecto: quitar pesos del financiamiento privado y...¿generar inflación?.
Así lo explica el economista Diego Dequino -ex secretario de Finanzas de Córdoba Ciudad, ex director del Banco Nación Argentina- en un posteo que publicó esta semana en su blog.
En un primer punto, señala que el costo "extra fiscal" (lo llama así porque no se contabiliza en las Cuentas Públicas) rondará este año los US$11.800 millones, un 2,5% del PBI.
"El segundo aspecto, quizá tiene impacto más dañino en el corto plazo", dice Dequino.
Y se refiere al drenaje de recursos del mercado local para que el sector privado coloque deuda. (Es decir: las empresas no van a tomar créditos para invertir). Algo que puede palparse en la brutal recesión que arrancó hace 10 meses.
El otro, es quizás el aporte más interesante del análisis del cordobés. ¿Y si en realidad las Leliq -creadas para planchar al dólar y de esa manera ralentizar la suba de precios constante- no están generando ellas mismas inflación?
La pregunta es relevante porque apunta a un Plan B que ni el Gobierno ni los opositores han explicitado. Es como si nadie estuviera discutiendo en el bosque de la política monetaria del Banco Central y solamente se esta mirando el árbol de las Leliq.
Se asume -dice- que las Leliq son cosecuencia de la inflación y que son un instrumento que estabilizará y generará confianza. Pero mensurar el costo de esta política monetaria (11.800 M de dólares) implica que también se produce inflación al dañar la economía real.
El debate -y el futuro de la economía argentina- están abiertos.