Tevez o Guillermo: ¿quién tira la toalla primero?

El Apache no fue ni al banco

Tevez o Guillermo: ¿quién tira la toalla primero?

27/08/2018 | 11:54 |

Ocurrió durante un encuentro de la tercera división de Alemania. El video se hizo rápidamente viral y recorre los portales de todo el mundo. Mirá.

Diego Borinsky

Boca jugó 5 partidos oficiales en la actual temporada 2018/19. Arrancó con un 6-0 a Alvarado de Mar del Plata por la Copa Argentina, continuó con un 2-0 frente a Libertad por la Copa Libertadores, luego superó 1-0 a Talleres por la Superliga y más tarde se sucedieron una derrota por 2-0 ante Estudiantes y un 0-0 frente a Huracán, estos últimos por el campeonato doméstico. 

Si nos remitimos a la planilla individual de Carlos Tevez observaremos lo siguiente: ingresó por Wanchope Abila faltando 20 minutos en el estreno, con el partido 5-0 (y anotó el 6-0 de penal), luego jugó los últimos 3 minutos ante Libertad, fue titular frente a Talleres y salió a los 73’ tras haber errado un penal, y desde entonces reluce el 0: se sentó en el banco de suplentes ante el Pincha (y no entró) y con Huracán se sentó en el palco del Palacio Ducó junto a otros compañeros que ni siquiera se concentraron. Ah, y además ingresó los últimos 26 minutos ante el Barcelona por la Copa Gamper, en un amistoso VIP en el que hubo 6 cambios y 3 de ellos se realizaron en el entretiempo.

El tema planteado, sin dudas, es hasta dónde podrá tensarse la cuerda entre los dos ídolos xeneizes. Carlitos y Guillermo, claro.

Empecemos por el comienzo: hoy Tevez no está para ser titular en Boca. Ya no es el futbolista que llegó al club a mediados de 2015, un mes después de haber arribado a la final de la Champions League con la Juventus, entero físicamente, con chispa y, sobre todo, con hambre de seguir ganando cosas. No es el que aportó desequilibrio, espíritu y goles en el bicampeón de Copa Argentina y torneo local, con diferencia de cuatro días, con Arruabarrena de entrenador, a fines de ese 2015. No es el mismo que dejó al Boca de Guillermo puntero en la mitad de la Superliga 2016/17, con aquellos dos goles en el Monumental, uno un auténtico golazo al ángulo del atribulado Augusto Batalla. 

Haberse exiliado un año en una liga muy menor como la China, en la que jugó sólo 17 partidos en un año completo, no colaboró demasiado para mantener a punto el motor de un futbolista que tiene 34 años, que puede no parecer en principio una edad tope con los parámetros actuales de vida útil de un futbolista, pero que en un hombre de la trayectoria tan intensa y de elite como la de Tevez parece estar al límite. 

En este 2018 se lo vio a Carlitos sin su arranque habitual con el que marcaba diferencia, lento para reaccionar y decidir, con poco gol. Esto lo observa con nitidez Guillermo Barros Schelotto pero también el hincha, que lo idolatra por todo lo que significa y lo que le dio al club, pero que en las encuestas recientes de diferentes medios para elegir al equipo ideal actual, no lo ponen dentro del once titular.

Ahora bien. Aunque Tevez no esté para ser titular y aunque Boca tenga una sobreabundancia evidente de materia prima en su plantel, sobre todo en el aspecto ofensivo, llamó la atención que ayer, en un partido en el que cuidó a unas cuantas piernas de cara al cotejo decisivo del jueves ante Libertad (Boca va con una ventaja importante, pero la serie se define en Paraguay y el objetivo supremo es la Libertadores), Tevez ni siquiera haya concentrado. 

Guillermo decidió jugar con dos extremos bien abiertos (Pavón y Villa), con Zárate de 9 y en el banco, entre los 6 jugadores de campo, eligió a un defensor (Jara), a un mediocampista de marca (Nández) y luego a cuatro hombres con características predominantemente de ataque: Emanuel Reynoso (no jugó aún ni un minuto oficial en la temporada), Edwin Cardona (entró a los 70’), Darío Benedetto (su primera vez en el banco tras la rotura de ligamentos) y Wanchope (ingresó a los 63’). Quedó fuera del banco (siempre se concentra a un hombre de más por cualquier eventualidad el mismo día del partido) Cristian Espinoza. 

En la previa al 0-0 con Huracán, desde el club argumentaron, en off, que a Tevez lo cuidaban de cara al viaje a Paraguay. Luego del empate, cuando fue consultado por este tema, el propio Guillermo primero desmintió cualquier tipo de reunión o planteo de parte de Tevez el día previo y luego no utilizó el argumento del cuidado por el viaje a Paraguay. Si hubiera sido cierto, decía eso y cortaba cualquier esbozo de conflicto. Afirmó que no jugaba porque había otros que estaban mejor.

Guillermo es el entrenador y debe ser justo con sus decisiones. Primero, por su propia supervivencia: de sus determinaciones dependerá el futuro de su equipo y el suyo propio. Después, porque como conductor de grupo es escrutado permanentemente por sus futbolistas. El jugador de fútbol es el primero en detectar un acomodo. Ahora, hay un par de resoluciones tomadas por el DT que llaman la atención. Que lo haya hecho jugar 3 minutos contra Libertad pareció una “mojada de oreja”, un modo de marcar territorio y decir “acá mando yo”. Contra Estudiantes se produjo la lesión temprana de Izquierdoz y allí el DT quemó un cambio, y luego con el partido cuesta arriba eligió a dos hombres que están por encima de él (Wanchope y Villa). Pura lógica. Que ante Huracán ni siquiera haya ido al banco hace pensar que le ha mandado un fuerte mensaje.

Sin entrar en el detalle de si hubo o no un cara a cara entre ambos el sábado o una discusión muy subida de tono en Barcelona, como detallan algunos medios partidarios, está claro que Guillermo aún tiene atragantada la salida del Apache a China. Si uno recurre al archivo, verá que tras el 4-1 a Colón con que Boca cerró el año puntero en 2016 (una fecha después del 4-2 a River), y ante la incertidumbre latente sobre el futuro de Carlitos, Guillermo declaró: “Lo esperamos en enero para la pretemporada”. Ya sabemos que eso no ocurrió. También sabemos que Tevez tiene un vínculo de amistad con Daniel Angelici, lo han manifestado ambos. El presidente de Boca se jugó por él en 2015 y Tevez le respondió apoyándolo en las elecciones, cuando Angelici tenía un enemigo fuerte como Riquelme esperando su caída (aunque nunca apoyó a otro candidato como hicieron tantas glorias de la institución). 

Guillermo sabía que no podría luchar contra el deseo de Angelici de que Tevez regresara, por eso lo aceptó en el plantel. Pero después de un semestre en el que su declive futbolístico resultó muy notorio, en esta segunda parte del año, con más refuerzos en ofensiva (Villa y Zárate) más la pronta recuperación del MVP del plantel (Benedetto), se llegó a circunstancias en las que Tevez no sólo no tiene minutos en cancha sino que ni siquiera llega a sentarse en el banco de suplentes.

Este miércoles, cuando el DT dé la lista de cara al cruce con Libertad, sabremos definitivamente si cuidó a Tevez para llevarlo a Paraguay o no, pero da toda la sensación de que la situación está atada con alambre y en cualquier momento explota. Hasta ahora Tevez tragó saliva, porque entre otras cosas es el primero en darse cuenta de que su nivel es bastante inferior al de la mayoría de sus compañeros. Habrá que ver cuánto aguanta. 

Guillermo tiene contrato hasta fines de 2018; Tevez, hasta fines de 2019. Ayer, el Mellizo sonrió cuando le preguntaron si lo habían contactado desde Estados Unidos (la Selección de ese país lo habría sondeado, recordemos que Guillermo tuvo un paso exitoso por el Columbus Crew de la MLS) y contestó que tiene la mente en Boca y un contrato hasta fin de año. Recordemos que Tevez es amigo de Angelici. Seguramente el presidente le habrá aconsejado: “no saltés, bancátela hasta fin de año, después vemos que hacemos”. 

En 2019, indudablemente, no habrá lugar para la convivencia de ambos en Boca. Será cuestión de esperar quién tira la toalla primero.