El mánager de Narváez vivió una pesadilla en un violento asalto.

Sociedad

Rivero cree que eran falsos policías quienes lo asaltaron

19/09/2014 | 07:05 | El mánager de Omar Narváez contó Cadena 3 que los autores del violento robo estaban uniformados y tenían calzado y armas policiales. "Entre ser secuestrado y morir, decidí morir".

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''Eran policías'', dijo Osvaldo Rivero (Entrevista de Rony Vargas).

El promotor pugilístico del campeón mundial Omar Narváez y dos directivos de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) fueron asaltados por tres hombres vestidos con uniformes policiales que el miércoles por la tarde los hicieron parar en la ruta A-012, a la altura de la localidad de Soldini para un presunto control vehicular.

Según fuentes policiales, los falsos policías estaban en un vehículo ploteado como si se tratara de un vehículo oficial.

Además señalaron que como las víctimas no son de la zona, no pudieron reconocerlas como falsas o verdaderas.

Los delincuentes golpearon a los ocupantes de la camioneta y les robaron 110 mil pesos y 35 mil dólares que llevaban para afrontar los gastos de una pelea que el campeón mundial supermosca disputará hoy en Villa María.

Las víctimas se desplazaban en una camioneta Porsche 4x4 cuando los falsos agentes de una fuerza de seguridad provincial los detuvieron alegando que venían a alta velocidad.

Tras golpearlos con brutalidad los despojaron de todos los elementos de valor, incluso de las prendas de vestir de las víctimas.

Rivero logró fugar y pedir ayuda a un camionero.

El mánager del boxeador Omar Narváez, Osvaldo Rivero, en diálogo con Cadena 3 sostuvo que quienes los asaltaron en las últimas horas en la ruta A012 en Santa Fe, eran policías.

El promotor precisó que los delincuentes tenían uniformes, calzado y armas policiales.

E insistió: “Eran policías”.

“Aún no lo puedo creer. Estaban uniformados, eran policías. Tal vez no de la nueva generación, pero eran de infantería. Los revólveres y las pistolas eran de las que les provee la fuerza”, relató.

"Lo primero que me llamó la atención es que mientras me pedía el documento metió la cabeza y me sacó la llave de contacto", dijo.

"En ese momento yo le digo: '¡pará! ¿qué hacés? No podés hacerme esto'", recordó.

"Entonces me hizo bajar, me hizo abrir el baúl que estaba todo lleno de maletas y con una bolsita negra y me pregunta: ¿qué es esto? y le explico que es la ropa que Omar Narváez usará en la pelea del viernes", dijo Rivero.

"Éramos tres personas", puntualizó Rivero y agregó: "Nos hicieron poner del otro lado de la ruta, de la otra parte de la camioneta abrieron la puerta trasera y allí empezó el verdadero drama".

"En ese momento a un compañero mío le pegaron un culatazo en la cabeza, y lo hicieron entrar y después intentaron hacerme entrar a mí", señaló.

"Verdaderamente, ni sabía lo que estaba pasando", agregó.

En esa situación Rivero les dijo a los falsos policías: "'Te pido por favor decime qué es lo que pasa, a mí me está esperando mi hija que es chiquitita'".

"Entonces me dicen: 'callate la boca, entrá (a la parte de atrás de la camioneta), sino te voy a matar'".

"'Bueno matame' le dije, porque en centésimas de segundo tuve que decidir ir con ellos hacia un destino incierto, o morir en ese momento y decidí morir en ese momento".

"Se me vinieron muchas imágenes de gente secuestrada, que llaman a tu familia, que durante dos, tres o cuatro días no aparecés, todo ese drama hasta que al final te matan", dijo visiblemente conmovido.

"Me pegaron muchos culatazos, entre dos o tres y me pude zafar y me fui a la ruta", contó Rivero.

"En ese momento paró un camión, un muchacho de apellido Clausen que vive en Marcos Juárez, al que le estoy eternamente agradecido, que hizo que un poco esta gente desistiera de esto".

Ante la presencia del camionero, los falsos policías dejaron a sus víctimas y huyeron con el jugoso botín.

“Aún no hice la catarsis. Sé que me voy a quebrar y me va a costar recuperarme. No soy yo en este momento. Me cuesta creer que elegí entre la vida y la muerte, la muerte, para no pasar alguna cosa peor”, confesó.

Y agregó: “Lo que más me cuesta creer es que el tipo que me pegaba era como Dios, podía decidir si yo vivía”.

Entrevista de Rony Vargas y Daniel Bergeses.