Crisis venezolana
13/02/2019 | 10:36 |
Los respaldos al presidente o presidente usurpador de Venezuela (el lector puede tachar lo que prefiera) Nicolás Maduro se van diluyendo.
Adrián Simioni
El diario Corriere della Sera filtró la carta con la que Jorge Bergoglio respondió al pedido que le había formulado Maduro para que mediara con la oposición venezolana.
Allí se ve que la diplomacia vaticana le retiró el cargo (se dirige a él como “Excelentísimo Señor” y no como presidente).
Pero además le echa en cara el papelón que le hizo cometer Maduro al argentino en una mediación anterior.
La supuesta antigua y habilísima diplomacia vaticana quedó pagando ante la evidencia de que el venezolano la había usado sólo para ganar tiempo y desgastar a los opositores.
Hoy, esa oposición no quiere al Papa como negociador. No cree en su imparcialidad.
Pero otro medio publicó otro dato clave. The Wall Street Journal afirmó este miércoles que el gobierno chino ha contactado a representantes de Juan Guaidó, el presidente o presidente usurpador (como usted elija) que asumió avalado por acefalía y en nombre del Congreso, para empezar a garantizarse que un futuro gobierno respete la voluminosa deuda contraída por el régimen chavista y garantizada con barriles de petróleo.
La Cancillería china no confirmó la gestión. Pero hace unos días el canciller chino dijo que Beijing estaba en “estrecha comunicación con todas las partes”.
Desde que el chavismo empezó a gobernar Venezuela el país se endeudó en miles de millones de dólares con China, muchas veces para iniciativas que jamás prosperaron, como fabricar autos o celulares con empresas estatales en Venezuela.
Todo se garantizaba con petróleo, por lo que buena parte de la producción futura venezolana está ya comprometida con China.
Hoy esa deuda sería de 20 mil millones de dólares. Y China necesita saber si la va a cobrar con un nuevo gobierno.
Como Rusia, China prestó apoyo político a Maduro en esta crisis. Lo siguió reconociendo como presidente. Y los dos países son el reaseguro chavista de un veto seguro en el Consejo de Seguridad de la ONU ante cualquier posible resolución en su contra. Pero el dinero marca otro rumbo.
Las petroleras cuasiestatales rusas, como Lukoil, ya habían anticipado que dejaban de venderle a Venezuela combustibles refinados ante el riesgo de no cobrar.
Y las autoridades económicas rusas remarcaron que esperaban que Venezuela cumpla con inminentes vencimientos por millones de dólares, dado que el país de Chávez también se endeudó fuertemente con el de Vladimir Putin.