Fernando Dente

Sorprendente confesión

Fernando Dente: "Soy hijo de un cura"

04/06/2019 | 19:36 |

En una entrevista a la revista Gente, el actor, de 29 años, contó: "Antes de morir, mamá me reveló que soy hijo de un cura, que era catequista del colegio de mis hermanos".                     

Fernando Dente sorprendió con una fuerte confesión a la revista Gente, a diez años de la  muerte de su madre, Ada.

"Antes de morir, mamá me reveló que soy hijo de un cura, que era catequista del colegio de mis hermanos", contó el actor, de 29 años.

El artista también relató: "Ella (Ada), que había tomado distancia de papá por sus episodios violentos, quedó embarazada y entró en pánico. Sola, con otros tres hijos y sin trabajo. El cura (así le dirá para preservar su nombre) le habría ofrecido dejar los hábitos e irse juntos".

"Pero fue entonces cuando papá le propuso volver con un viaje de ‘reconciliación’ a Bariloche. ¡Y yo que siempre creí que había sido gestado en el sur! Cuenta la leyenda que, por algunas cuestiones, yo llegué a tener contactos esporádicos con ‘el cura’, hasta antes de tener edad como para poder contarlo", relató.

Dente contó que su primer contacto con su papá fue a través de e-mail: "'Hola, soy Fernando, sé toda la historia y quisiera conocerte'. Me respondió muy fríamente. Siempre encontraba excusas para dilatar el encuentro. Hasta que finalmente me visitó en mi departamento. Tuvo cero tacto. Y detecté que había quedado algo resentido de aquella pasión. Lo primero que dijo fue: 'Bueno, sería ideal que hicieras un tratamiento psicológico'. Entre tanto le pregunté cómo había hecho para no hacer nada durante tantos años. '¿Sabés cómo?', me dijo. 'Puse a vos y a tu mamá en un cofre bajo llave y lo tapé con cemento'".

Fernando narró que "el cura" fue a verlo una vez al teatro junto a "su mujer y su hija". "Hasta que enfermó mamá, toda su contención fue 'mmm…Estás mal, ¿no?'. Evidentemente, no tenía ganas de un vínculo y lo mandé a la mierda. 'La verdad es que prefiero que no nos veamos más', le dije. Y ya. Después de todo, nunca me gustaron sus zapatos (risas)", concluyó Fernando, poniéndole una cuota de humor al relato.