Enzo y Centurión, ¡muchachos grandes!

Es profesionalismo, no potrero

Enzo y Centurión, ¡muchachos grandes!

30/08/2018 | 15:58 |

Lionel Messi y Barcelona no la tendrán nada fácil, ya que les tocó la zona "de la muerte". Juventus y PSG también tendrán duros compromisos. El detalle.

Diego Borinsky

Más allá de la paliza estratégica y espiritual que River le propinó a Racing este miércoles, en el final del partido se destacó un hecho que merece una lectura vinculada al profesionalismo de futbolistas que cobran mucho dinero por lo que hacen. Hablamos del tole tole que iniciaron Enzo Pérez y Ricardo Centurión apenas concretado el tercer gol de River y que tiene un trasfondo detrás. Veamos.

Antes de empezar, aceptemos que los dos son personas, sí. No se pretende dictar cátedra desde un púlpito sobre el comportamiento humano, porque cualquier persona, como ser vivo que siente, vibra y se enoja, puede cometer errores por un arrebato emocional. No son robots. Aclarado esto, lo de ayer tuvo el agregado de la premeditación y la reiteración.

“Unas ganas de pisarla y encarar”, escribió en su cuenta de twitter Riki Centurión 22 (@rickcenturion) el 16 de junio de este año, en el preciso instante en que Argentina no podía perforar el cerco islandés en la lejana Rusia.

Centurión había integrado la lista de 30 mundialistas de Sampaoli pero quedó afuera en el corte de los 23 cuando, según el propio entorno del jugador, el DT ya le había avisado que iba a Rusia. Por ende, alguien lo bajó, según Centurión. Con ese tuit, Ricki menospreciaba a los integrantes de la Selección. Les decía, de alguna manera: “Ahí nadie se animaba a encarar como yo”.

Cuando Santos Borré metió el 3-0 ayer, el cuarto árbitro marcó el último cambio en River: adentro Rodrigo Mora, afuera Enzo Pérez. El mendocino, sintiéndose ya clasificado y con todo el estadio en ebullición, pensó que era el momento de sacarse el entripado de adentro.

“Dale, pisala ahora”, le dijo, mientras acompañaba las palabras con el gesto claro de amasar la pelota, moviendo la mano horizontalmente. A Centurión no hace falta cebarlo demasiado para que suba la temperatura, para que sienta que está jugando por el honor en la villa, como tantas veces hizo en su adolescencia. Y, perdido por perdido como estaba, ya eliminado de la Copa, se le fue el humo a tirarle patadas y piñas. Enzo Pérez, consciente de que ponía en juego su permanencia en los siguientes partidos, salió rajando, para tratar de evitar la trifulca que a esa altura ya era imposible de controlar.

Después de ver la roja, y rumbo hacia la manga que lo depositaría en el vestuario, Centurión no tuvo mejor idea que pasarse la mano en forma horizontal por el medio del cuerpo. No una, sino un par de veces. “Soy de Boca”, les anunciaba a todos. Y luego mostró los cuatro dedos, recordando el 4-2 que Boca le propinó a River en el Monumental el 11 de diciembre de 2016, y en el que el propio Centurión se había anotado con un gol.

Pues bien, Centurión manifestó varias veces que es hincha de Boca. Incluso lo hizo este año, ya cuando había regresado al club que lo formó y le dio todo cuando era un don nadie. Ahora, con su equipo humillado en una eliminación copera, en vez de agachar la cabeza o pedir perdón, como hicieron el Chacho Coudet y Lisandro López apenas finalizado el partido, no tuvo mejor idea que recordarles a todos que es hincha de Boca. Y de algún modo gritar: “acúerdense que acá les metimos cuatro y yo metí uno de esos cuatro”.

Minimiza totalmente a Racing, como si fuera nada al lado de Boca. No olvidemos que Racing fue el que hizo una formidable inversión para tenerlo en sus filas en la actualidad, cerca de 5 millones de dólares, cuando Daniel Angelici le bajó el pulgar definitivamente para Boca. Y que Ricky viene de llegar en mal estado a los entrenamientos, lo que provocó una fuerte disputa dialéctica con el presidente Blanco. O sea: Centurión venía con 23 amonestaciones en el colegio, al límite, y con la obligación de hacer buena letra, o al menos con la de no mandarse una de las suyas en el corto plazo. Pero con todo el pueblo académico sufriendo un sopapo de los feos, va y se olvida que es de Racing. Dice que es de Boca. Piensa más en Boca que en Racing.

El hincha le ha perdonado varias a Centurión. Es el hijo díscolo al que le tienen una consideración especial, por todas las carencias y privaciones de la infancia, se compadece de sus traumas y dice “bueno, dale”. Pero esto es demasiado. ¿Será el punto final de una relación ya sin retorno? ¿La dejará pasar el hincha? ¿La dejará pasar Blanco? Lo sabremos en las próximas horas.

Enzo Pérez, por su parte, se olvidó de River y del grupo que integra por privilegiar una vendetta personal en nombre de un plantel de la Selección que se sintió tocado. Es cierto: no le pegó una piña, ni lo insultó, ni lo bastardeó tildándolo de borracho. Fueron 5 segundos: “dale, pisala ahora”.

En este fútbol esquizofrénico de hoy es suficiente para encender una mecha. Seguramente recibirá dos fechas de sanción y se perderá la serie completa ante Independiente. Quizás lo que queda de la Libertadores, si River es eliminado en cuartos de final. Actuó como en el potrero, se olvidó que es un engranaje de un fútbol super profesionalizado y en un equipo que por lesiones y suspensiones parece haber quedado corto otra vez. Una irresponsabilidad total. Esas cosas se resuelven en privado, sin poner al club (en este caso River) de rehén.

La frutilla del postre la dio el policía que se llevó a Centurión al vestuario. Allí se lo ve, en la foto que cierra esta nota, tapándose la nariz, y riéndose seguramente, aunque no se le ve el gesto, de Centurión como hincha de Boca. Es una foto que retrata al fútbol argentino. O a la argentinidad, para no ser tan sectarios.