El magistrado Claudio Bonadio, en una jornada intensa.

Opinión

El infalible 8,5% de Córdoba

07/02/2019 | 11:00 |

La divisa estadounidense cerró este jueves en el Banco Nación a $ 38,70, mientras que el miércoles registró una suba similar y concluyó a $ 38,40.

Adrián Simioni

El juez Claudio Bonadio citó nada menos que a 101 personas a una nueva ronda de declaraciones por la causa de los cuadernos de las coimas y otras investigaciones conexas.

En el batallón está nada menos que un expresidente, Cristina Fernández, altísimos ex funcionarios de sus ocho años de gobierno y de los cuatro de su marido, colaboradores de menor rango pero con dos manos derechas estrechamente asociadas a ella y Néstor y a una cantidad inédita de empresarios y hombres de negocios que integran la crema y nata de los contratistas del Estado.

Entre esos hombres de negocios hay nueve cordobeses o que dirigieron empresas con muy importantes negocios en Córdoba: Mario Eugenio Buttigliengo, Francisco José Boetto, Miguel Ángel Romero Cammisa, Aldo Benito Roggio, Gerardo Ferreyra, Osvaldo Acosta,  Jorge Neira, Juan Carlos de Goycoechea y Manuel Santos Uribelarrea.

Es casi exactamente el 9% del total. Y no sorprende. La porción de Córdoba casi siempre y en casi todo varía entre el 8% y el 9% del país. Tiene el 8,1% de la población. El 8,3% del empleo registrado privado. el 8,4% por ciento del PIB, según la última pero desactualizada estimación de Indec. Recibe el 9,2% de la coparticipación (el Gran Buenos Aires se come casi todo lo que la Nación gasta en forma directa y las provincias “pobres” reciben más de coparticipación, lo que altera por completo el reparto final). Tiene el 9,6% de las empresas privadas registradas del país. Hasta en la pelota, siempre esquiva para los cordobeses, araña el ocho: tiene el 7,7% de los equipos que pelean la Súperliga.

¿Quieren que siga? Mejor no. Pero si alguna vez tiene que adivinar qué porción de cualquier cosa del país corresponde a Córdoba, no le haga asco y arriesgue: “Más o menos 8,5%”. Casi seguro no le erra. Ni siquiera con las sospechas de corrupción.