Dólar

Negocios públicos

El dólar marca el paso de la transición a octubre

24/04/2019 | 17:16 |

Por Carlos Sagristani

Carlos Sagristani

Al Gobierno le urge cortar la carrera del dólar. Largó antes de lo previsto, cuando aún no han hecho pie los modestos paliativos que imaginó para cambiar las expectativas.

Incluso si se estacionara en estos valores, el nuevo piso podría frustrar el objetivo de llegar a junio con una inflación del 2 por ciento.

Cada suba del tipo de cambio dispara los precios dolarizados de los productos de exportación. Los más sensibles son los alimentos. Por su impacto sobre la economía popular y sobre el experimento de los Precios Esenciales.

La trepada del dólar encarece los insumos importados. También escala la cotización internacional del petróleo. Estas variables presionan sobre la inflación de costos, sólo acotada por el congelamiento de tarifas con un sacrificio fiscal hoy inmedible

Esta vez, como otras, el disparador del pico de fiebre verde es el contexto internacional. Se revalúa el dólar, caen las  monedas de países emergentes. Y como en Argentina la ley de gravedad es más poderosa, se hunden el peso, los bonos y las acciones. 

Ya sabemos que no es un capricho de la física. La fragilidad financiera argentina es hija de la inflación, que corroe la moneda, y de la falta de dólares genuinos para cubrir el déficit financiero del Estado y las necesidades de importación para producir.

El juego del desconfío

La fragilidad financiera es hija también de la desconfianza sobre la capacidad argentina de revertir la historia.

Al costo de una recesión machaza, el Gobierno ha ido corrigiendo el déficit fiscal primario (sin contar intereses de la deuda, cada vez más salados) y el rojo del comercio exterior. Pero no alcanza para remover las dudas económicas y políticas.

La falta de certezas no sólo estimula las ventas de títulos de la deuda pública y derrumba su cotización. Es central en la persistencia de las expectativas inflacionarias de los agentes de la economía real. 

Dispara la remarcación “por las dudas”. Las empresas intentan asegurarse la renovación de stocks, aunque deban sacrificar ventas.

Los repositores están absorbidos por esa fajina, según constatan las consultoras que cada semana escanean las planillas de los supermercados. Peor aún, el ritmo es más intenso en los mayoristas, lo cual proyecta traslados próximos a los valores en góndolas.

Los pronósticos sitúan la inflación de abril más cerca del 4 que del 3 por ciento y descuentan un piso más alto del esperado para mayo.

Es el dólar, políticos

Al Gobierno le urge aquietar al dólar, para anclar los precios y las expectativas inflacionarias. La política está atada a esa suerte.

El fantasma de Cristina asoma en las encuestas y encrespa a los mercados, aunque los indecisos sean mayoría. Pero las elecciones son largo plazo en el vértigo de Argentina.

En el corto, Macri deberá demostrar que puede guiar el barco a octubre sin encallar. Y no hay gobernabilidad con descontrol cambiario y precios desbocados.