La empresa de Arroyito, afectada por la recesión.

Opinión

Arcor informó números en rojo a la CNV

09/08/2018 | 23:44 |

En el marco de la causa por posible corrupción, indagaron a Luis Betnaza (Techint), Carlos Wagner (Cámara de la Construcción), Jorge Neira (Eling) y José López (exsecretario de obras públicas).

Sobreviviente del proceso de desindustrialización que comenzó hace décadas en nuestro país, la cordobesa Arcor se transformó en un símbolo de empresas que aprovecharon las ventajas competitivas naturales de Argentina para transformarse en compañías globales a fuerza de innovación y diversificación.

"¿Por qué no hay más Arcor en Argentina?", le preguntaba en mayo Jorge Fontevecchia, el director de Perfil,  a Luis Pagani en el último reportaje que brindó el presidente de la firma fundada en Arroyito. "En cincuenta años hemos tenido momentos de apertura, de cierre y hubo que adaptarse a todos esos ciclos que la economía tuvo. Arcor supo adaptarse rápido, tanto sea en una economía abierta o en una economía cerrada", contestó el presidente de la firma.

Pues bien, la empresa tendrá que adaptarse más rápido aun a esta economía vernácula cuya turbulencia financiera de abril-mayo-junio ya impacta en la actividad real y causa una fuerte recesión. Lo deberá hacer porque por primera vez desde que hace públicos sus balances sus números fueron rojos.

Arcor Sociedad Anónima Industrial y Comercial presentó este jueves su balance ante la Comisión Nacional de Valores y de allí se desprende que hubo impacto en la situación financiera de la multilatina que conduce la familia Pagani.

El resultado del período muestra una pérdida total de 2.531.451.638 millones de pesos, a los que, si se descuentan Otros Resultados Integrales, para el período determinan una exigua "ganancia integral" de casi 21 millones de pesos, un monto ínfimo para una compañía cuya facturación promedió los 3.000 millones de dólares anuales en el último quinquenio.

Como se ve en el Estado de Evolución del Patrimonio, el resultado es negativo y se revierte con tecnicismos contables (ORI).

"Seguramente la pérdida refleje el impacto de la devaluación en la deuda en dólares de la firma y no se trate de un problema en las ventas. Es decir, no se trata de una pérdida comercial, sino financiera", explicó un contador con sobrada experiencia en los balances de grandes compañías.

Me tocó entrevistar al presidente de Arcor hace casi un año para el libro "40 de las grandes".  Cuando le pregunté a Pagani qué significaba ser empresario en Argentina, respondió: "En este país hubo muchas idas y vueltas y hay casos de muchos proyectos buenos que se perdieron por el cambio de reglas. Yo aspiro a que haya más certidumbre". Hoy Pagani debe desear con más ansias esa tranquilidad, porque la turbulencia económica encendió las luces de alarma en su empresa.

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