Del Potro cayó ante Federer e irá por la medalla de bronce ante Novak Djokovic

Juan Martín Del Potro estuvo ayer a punto de escribir una de las páginas más importantes de la historia del deporte olímpico argentino, al caer con Roger Federer en las semifinales del torneo de tenis en una batalla de cuatro horas y media, que mantuvo en vilo no sólo a la delegación en Londres, sino también a quienes lo siguieron por televisión y otros medios de comunicación.

El 3-6, 7-6(5) y 19-17 final en el court central del All England Club de Wimbledon reviste poco análisis pero permitirá recordarlo como un partido épico que conmovió a propios y extraños, dentro y fuera de la cancha.

La moneda cayó del lado del mejor de todos los tiempos, pero el argentino, a pesar de considerarse inferior al resto de los semifinalistas al menos en la previa, no defraudó a Luis Scola, a Sergio Hernández y hasta Kobe Bryant, entre tantos presentes en Wimbledon.

El tandilense, que apenas unas horas después extenuado no pudo hacer mucho para ayudar a Gisela Dulko en los cuartos de final del doble mixto, estuvo a la altura de la circunstancias pero deberá focalizarse ahora en el encuentro del próximo domingo ante Novak Djokovic, por la medalla de bronce.

De hecho, por pasajes se mostró más sólido que el propio suizo (34 errores no forzados contra los 41 del suizo) y, a pesar de ser bien visitante ante los fanáticos de quien ganó en esta cancha siete títulos de Grand Slam, supo llevarse decenas de ovaciones tras puntos fantásticos y momentos de gran nivel.

Uno de ellos fue la "palomita" que hizo para llegar a la pelota en el último set y ganar el punto, al mejor estilo Boris Becker, que quedará en el recuerdo.

Como positivo también queda el sabor de haber visto a Del Potro desnivelando sobre el revés y no sentirse molesto con el slice de Federer, que históricamente lo complicó para Del Potro por la variación de sus alturas.

Sin embargo, el número uno del mundo inclinó la balanza en los momentos importantes: en el tie break del segundo set y también en

lo que terminó siendo el desenlace del encuentro, contando con su primer servicio como arma principal.

El encuentro quedará en los registros por ser el más largo en la historia olímpica, sin importar la especialidad, y además, el más extenso en la historia de la Era Abierta del circuito en lo que hace a partidos a tres sets de los varones en single.

Tras el partido, pocas palabras le salían a Del Potro, ante el dolor por haber quedado tan cerca de una victoria histórica.

"Perder así duele mucho. Es difícil hablar ahora. Solo tengo ganas de darme una ducha. Estos partidos siempre le tocan ganar a uno. Hoy le tocó ganar a él, como alguna vez me tocó ganar a mí en el US Open. Así es el tenis", dijo el tandilense, que se quedó unos minutos sentado en la cancha con lágrimas en los ojos.

Más tarde, y ya sin resto físico, el argentino cayó en pareja junto a Gisela Dulko por los cuartos de final del doble mixto ante los estadounidenses Lisa Raymond y Mike Bryan, campeones en Wimbledon hace pocas semanas, por 6-2 y 7-5.

Por eso, mañana Del Potro buscará su última chance de una medalla en estos Juegos, cuando enfrente por el bronce a Novak Djokovic que cayó ante Andy Murray por un doble 7-5 en la otra semifinal.

De conseguirla sería la cuarta para el tenis argentino en la historia olímpica, luego de la plata obtenida por Gabriela Sabatini en Seúl 1988, y los bronces de Cristian Miniussi y Javier Frana (Barcelona 1992), y Paola Suárez y Patricia Tarabini (Atenas 2004).

El premio consuelo fueron las palabras que Federer le dio a Del Potro en el saludo final con la red de por medio.

"Me dijo que estaba orgulloso de mí", concluyó el tandilense, con timidez por lo que había escuchado de su ídolo.