Agro
28/11/2010 | 08:56 | La falta de humedad en la capa superficial del suelo ha provocado que los controles de los gusanos sean ineficaces. Para el control de Chinches aconsejaron realizar un goteo pequeño a alta presión para llegar debajo del rastrojo.
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Fernando Flores (entomólogo INTA): “El problema de oruga cortadora ha sido que prolongó su ciclo”.
En el departamento cordobés de Marcos Juárez se registraron ataques tempranos de plagas en cultivares de soja entre los cuales se destacan los de orugas cortadoras y chinches diminutas.
El ingeniero agrónomo Fernando Flores, especialista en entomología del INTA Marcos Juárez, detalló cómo fueran las apariciones de las plagas que están teniendo distintos grados de incidencia en el cultivo de soja en el área de la localidad cordobesa y cómo deben controlarse.
En primer lugar se refirió a las orugas cortadoras que causan su mayor daño en septiembre, octubre y noviembre, que es cuando las larvas se desarrollan. Los adultos de estas especies son mariposas de hábitos nocturnos.
El daño lo provocan las larvas que también tienen hábitos nocturnos y se caracterizan por su voracidad y la rapidez con que se alimentan.
Atacan el cultivo recién emergido cortando las plántulas a la altura del cuello de la raíz o inmediatamente por debajo del mismo.
“El problema de oruga cortadora ha sido que prolongó su ciclo debido a que no ha habido temperaturas relativamente altas”, comentó el ingeniero quien detalló que su control se ha dificultado por la baja humedad que hay en los primeros centímetros del suelo que “hace que la oruga se entierre profundamente buscando humedad por lo que el control se ve dificultado más allá del producto y dosis usada”.
Por efecto de este comportamiento que tiene las orugas cortadoras ha hecho que muchos controles sean erráticos.
En relación al control para esa plaga, Flores explicó: “Lo ideal es que posteriormente a una aplicación exista la posibilidad de incorporar plaguicida por precipitación cuando haya un pronóstico de lluvia lo más certero posible”.
El entomólogo se refirió, además, a la chinche diminuta, un insecto que está directamente ligado al control de malezas algodonosas antes y después de la siembra. “En lotes donde se han realizado aplicaciones para el control de esa maleza unos días antes de la siembra o en la siembra misma, lo único que hace es brindarle las condiciones necesarias para que cuando se produce el nacimiento de la soja, la parte de los cotiledones se ven seriamente afectados por las ninfas y los adultos porque la haberles quitado las malezas como alimento se trasladan al cultivo”, explicó el ingeniero.
Las condiciones de primaveras secas, en setiembre, y fundamentalmente octubre, son predisponentes para el desarrollo de un hemíptero perteneciente a la familia Ligaeidae, cuyo nombre científico responde a Nysius sp., lo cual ha causado la generación de grandes poblaciones de este insecto y sus correspondiente aparición como plaga grave para la implantación de soja en varias zonas de la región pampeana.
Esta pequeña chinche, de ahí su nombre vulgar "chinche diminuta" tiene una apariencia muy distinta a las chinches normalmente conocidas. Su tamaño es mucho menor, 4 a 5 milímetros en longitud y muy angostas, ya que su ancho promedio es de 1,5 milímetros.
Los adultos alados, así como las ninfas o estadíos juveniles sin alas, suelen aparecer en altas densidades sobre la broza y plántulas de soja en el surco de siembra.
Para un eficiente control, más allá del producto utilizado, “lo fundamental es poder hacer gotas pequeñas con alta presión para poder llegar a la superficie del suelo y abajo del rastrojo donde eventualmente se protegen en horas de lata insolación o altas temperaturas”, sostuvo Flores.