Un argentino en Israel relata cómo vive bajo alarmas y la amenaza de misiles iraníes

Un argentino que reside en Israel desde hace más de 30 años, conocido como Loam, compartió su experiencia de vivir constantemente bajo el sonido de alarmas y la amenaza de bombardeos tras el reciente ataque de Irán. En una entrevista con Rivadavia AM 630, explicó que desde la madrugada del viernes, con la primera alarma sonando a las 3:30, la rutina diaria se había visto completamente alterada. "Solo salimos para ir al supermercado o la farmacia. El resto del tiempo hay que estar en casa y cerca de un búnker", relató.

En Israel, cada habitante conoce el lugar donde debe refugiarse en caso de alarma. Los edificios modernos cuentan con habitaciones diseñadas con hormigón y acero como medidas de seguridad; aquellos más antiguos suelen tener sótanos o búnkeres distribuidos por la ciudad. "Al sonar la alarma tenés menos de un minuto para guarecerte. Es parte de la vida acá, estamos acostumbrados, pero esta vez es diferente. No es un ataque de Hamas, es Irán directamente", detalló Loam.

Además, explicó que el sistema de defensa conocido como Cúpula de Hierro tiene la capacidad de interceptar la mayoría de los misiles lanzados, aunque la cantidad masiva de proyectiles que dispara Irán intenta saturar la defensa. "La efectividad del sistema es entre el 90 y 95?%, pero si lanzan muchos al mismo tiempo, alguno puede caer. Además, se da prioridad a la defensa de zonas pobladas. Si un misil se dirige hacia un campo o carretera, se deja caer, pero si es hacia un edificio, se intercepta", aclaró.

La situación de conflicto ha alterado por completo la vida cotidiana en la región. Loam mencionó: "Hace tres días que no vamos a trabajar, no hay clases, no se puede ir a la playa. Vivimos pendientes de las alarmas. Durante el día suele estar más tranquilo, pero por la noche comienzan los ataques. Uno se acuesta vestido, con la mochila lista y el pasaporte a mano".

Consultado sobre qué podría suceder en los días venideros, Loam expresó que hay una sensación de incertidumbre general. "Todo depende de la respuesta de ambos lados. Podría calmarse pronto o convertirse en un conflicto prolongado. Nadie lo sabe. Lo único seguro es que cuando suena la sirena, tenés que correr. Acá no hay margen para dudar".

Finalmente, el argentino reflexionó sobre la resiliencia del pueblo israelí: "Estamos asustados, sí, pero también preparados. Esta sociedad está entrenada para defenderse. Eso brinda un poco de tranquilidad en medio de tanto ruido y tensión".