Trump congela $108 millones en fondos a Universidad de Duke por presunta discriminación racial

WASHINGTON (AP) — El gobierno del presidente Donald Trump congeló 108 millones de dólares en fondos de investigación para la Universidad de Duke, debido a que el gobierno federal acusó a la escuela de discriminación racial en forma de acción afirmativa, según una persona familiarizada con el caso.

Los Institutos Nacionales de Salud detuvieron el financiamiento a la universidad privada de Carolina del Norte, dijo la persona, que declaró el miércoles bajo condición de anonimato para hablar sobre deliberaciones internas. A principios de esta semana, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Educación enviaron una carta conjunta alegando preferencias raciales en la contratación y admisiones de Duke. 

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El caso de Duke se sumó a una serie de retenciones de fondos federales mientras el gobierno investiga acusaciones de antisemitismo y políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) que la administración consideró ilegales. Esto se produce después de otras investigaciones a instituciones educativas como Harvard, Columbia y Cornell.

Hasta el momento, la universidad no hizo comentarios.

En la carta enviada el lunes a Duke, los líderes del HHS y el Departamento de Educación acusaron a la universidad de “racismo vil”. Aludieron a acusaciones de preferencias raciales en Duke, su escuela de medicina y su sistema de salud que, si se corroboran, harían que la institución fuera “no apta para establecer cualquier relación financiera futura con el gobierno federal”.

En la carta se acusó a Duke de proporcionar preferencias raciales en reclutamiento, admisiones, becas, contratación y más. Se mencionaron acusaciones de discriminación sin ofrecer ejemplos específicos. “El racismo es una plaga cuando lo practican los individuos, pero es especialmente corrosivo cuando está consagrado en las instituciones más eminentes y respetadas del país”, según la carta, firmada por el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., y la secretaria de Educación, Linda McMahon.

La misiva formó parte de una campaña más amplia para erradicar las prácticas de DEI que el gobierno de Trump describió como discriminación contra personas blancas y estadounidenses de origen asiático.

Las agencias ordenaron a Duke que cancele cualquier práctica en su sistema de salud que otorgue “beneficios o ventajas” basadas en la raza. Al afirmar que es poco probable que Duke sea capaz de realizar una “revisión honesta y confiable”, la carta dio el paso inusual de solicitar un nuevo Comité de Mérito y Derechos Civiles que sería aprobado por el gobierno y autorizado por la junta de fideicomisarios de la escuela. El panel se encargaría de identificar y eliminar cualquier preferencia racial. Si los problemas persistieran después de seis meses, la administración buscaría la aplicación legal, se lee en la carta.

Por su parte, el Departamento de Educación abrió el lunes una investigación sobre el Duke Law Journal por acusaciones de que otorgaba ventajas a posibles editores de grupos subrepresentados.

El gobierno de Trump utilizó el financiamiento federal de investigación como elemento de presión en su esfuerzo por remodelar las universidades que el presidente describió como focos de liberalismo. Esto provocó una crisis para las universidades que dependieron de las subvenciones federales como una fuente importante de ingresos, lo que impulsó a algunas a asumir deudas y encontrar otras formas de autofinanciar la investigación.

El año pasado, la Universidad de Duke gastó 1.500 millones de dólares en investigación, y casi el 60% provino de fuentes federales, según el sitio web de la institución.

Incluso antes de la reciente congelación de fondos, Duke enfrentaba problemas financieros. La semana pasada, los líderes universitarios dijeron que casi 600 empleados habían aceptado despidos voluntarios, pero que, aun así, sería necesario realizar despidos. Los funcionarios afirmaron que necesitaban reducir costos en medio de la incertidumbre en torno al financiamiento federal de investigación y un aumento en el impuesto al fondo de dotación federal de la universidad.

El gobierno de Trump aumentó la presión sobre las universidades con la esperanza de lograr acuerdos como el que firmó la Universidad de Columbia la semana pasada. La escuela de la Ivy League acordó pagar 200 millones de dólares y hacer cambios en admisiones, contratación, disciplina estudiantil y más a cambio de recuperar el acceso a fondos federales. El gobierno lo describió como un modelo para otras universidades, incluida Harvard, que ha estado en conversaciones con la administración aun mientras lucha contra la Casa Blanca en los tribunales.