Reino Unido impulsará su economía con un gasto récord de $260.000 millones

LONDRES (AP) — Rachel Reeves, la canciller de Hacienda del Reino Unido, presentó el miércoles sus planes de gasto para los próximos años, en los que prometió importantes aumentos para las áreas de salud, defensa y vivienda, como parte de la estrategia del gobierno laborista para recuperar la iniciativa política.

La canciller, a quien muchos responsabilizan por la disminución de la popularidad del Partido Laborista desde su retorno al poder en julio, tras 14 años en la oposición, detalló las prioridades de gasto e inversión del gobierno. Con ello, busca comunicar a los votantes que el prometido “cambio” durante la campaña electoral se está llevando a cabo.

“Estamos renovando el Reino Unido”, afirmó a los legisladores. “No obstante, sé que muchas personas en diversas partes de nuestro país aún no lo perciben. La misión de este gobierno, y la mía como canciller, es modificar esa situación”.

En su primera revisión de gastos —sin anuncios de aumentos impositivos—, Reeves informó que se destinarán 190.000 millones de libras (equivalente a 260.000 millones de dólares) para los servicios públicos del Reino Unido, muchos de los cuales han sufrido recortes significativos debido a las políticas de austeridad del anterior gobierno conservador, tras la crisis financiera global de 2008.

El Partido Laborista alcanzó una contundente victoria el año pasado con la bandera del “cambio” y el descontento de los votantes hacia la administración conservadora, pero logró apenas un 35% de los votos, una cifra históricamente baja para un partido en el poder.

En los meses recientes, los laboristas han perdido apoyo en las encuestas frente al nuevo partido antiinmigración Reform UK. Muchos consideran que las decisiones de Reeves han contribuido a las dificultades de su partido, incluida la decisión de eliminar un subsidio invernal de combustible para todos los ciudadanos menos para los jubilados más necesitados.

Esta medida provocó una fuerte reacción pública que influyó negativamente en los resultados de los laboristas en recientes elecciones locales, llevando a Reeves a modificar el umbral de elegibilidad para el subsidio en favor de los jubilados.

Reeves y el primer ministro Keir Starmer esperan que el descontento mejore y que los votantes se centren en otros aspectos, como las iniciativas para revitalizar los debilitados servicios públicos de Gran Bretaña.

Entre las múltiples medidas, la canciller destacó un aumento significativo en el financiamiento del Servicio Nacional de Salud, esencial para muchos ciudadanos. Además, anunció que el gasto en defensa crecerá en los próximos años, alcanzando el 2,6% del producto nacional para 2027, un incremento con respecto al 2,5% previamente proyectado.

También se destinarán 39.000 millones de libras para la construcción de vivienda social en la próxima década, con la meta de edificar 1,5 millones de nuevas viviendas antes de las elecciones programadas para mediados de 2029.

Sin embargo, se observó que algunos departamentos sufrirán recortes, especialmente después de considerar la inflación. Las áreas de cultura, la Oficina de Asuntos Exteriores y la Oficina del Interior, encargada de la gestión de refugiados y el financiamiento de la policía, se verán afectadas.

Reeves enfatizó que todos sus planes se ajustan a las reglas fiscales autoimpuestas, las cuales incluyen no incurrir en deuda para cubrir el gasto operativo diario y reducir el nivel de deuda en relación con la economía al término de este parlamento.

“Mis reglas fiscales son inflexibles y constituyen la base de la estabilidad y la inversión”, aseguró.

Frente a este marco, la canciller atraviesa un contexto complicado, ya que un incremento efectivo del gasto podría abrir la puerta a futuras subidas de impuestos. Tras su ambicioso presupuesto que incluyó aumentos fiscales, especialmente para las empresas, el margen de maniobra de Reeves se torna limitado. El Partido Laborista había ganado las elecciones con la promesa de no elevar impuestos sobre la renta ni sobre las ventas.

Con una economía británica creciendo a tasas históricamente bajas, se anticipa que la recaudación fiscal no experimentará un gran impulso.

Reeves confía en que sus planes de inversión puedan modificar esta tendencia.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con el apoyo de herramientas de inteligencia artificial generativa.