Protestas en Florida: manifestantes obstruyen carretera por centro de detención

El sábado, una coalición de grupos, que incluía activistas ambientales y comunidades originarias, se congregó en Florida para manifestarse fuera de un aeródromo en los Everglades. El motivo principal de la protesta fue la construcción de un nuevo centro de detención de inmigrantes.

Cientos de manifestantes tomaron la carretera federal 41, conocida como Sendero Tamiami, mientras camiones cargados de materiales se dirigían al sitio de construcción. Los autos que pasaban hicieron sonar sus claxon en señal de apoyo, y los manifestantes levantaron carteles exigiendo la protección del ecosistema que alberga tierras ancestrales de tribus nativas y especies en peligro de extinción.

Christopher McVoy, ecologista y comisionado de una ciudad del sur de Florida, expresó su preocupación por las severas implicaciones ambientales. Durante horas observó un constante flujo de camiones, lo que intensificó su oposición no solo por razones ambientales, sino también debido a las redadas migratorias en su comunidad.

Las autoridades de Florida han realizado importantes avances en la construcción del complejo apodado “Alcatraz de los Caimanes” en el área pantanosa. El gobierno, bajo el mando del gobernador Ron DeSantis, invocó poderes de emergencia para acelerar este proyecto, argumentando que lo hace en respuesta a una crisis de inmigración ilegal. Esto le permite eludir ciertas leyes de compras que regulan proyectos de interés público.

Se prevé que la instalación, que contará con estructuras temporales como carpas resistentes y remolques, tenga unas 5.000 camas operativas para inmigrantes detenidos antes de finales de julio.

Defensores de la construcción han argumentado que el entorno pantanoso, hogar de caimanes y otros reptiles, hace del lugar una opción ideal para el centro de detención. DeSantis respaldó esta afirmación al declarar que “si alguien se escapa, hay muchos caimanes, así que no irán a ningún lugar”.

Dentro de este contexto, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos ha apoyado este proyecto, que será financiado parcialmente por FEMA. Sin embargo, líderes nativos del área consideran que esto irrumpe en sus tierras sagradas, lo que motivó la manifestación.

Preocupaciones sobre el trato a los inmigrantes y su alojamiento fueron avivadas por grupos como el Centro para la Diversidad Biológica, que ya demandó para parar la construcción. Activistas demandan una revisión ambiental exhaustiva y han alertado sobre el impacto negativo que el centro podría tener en el sistema interconectado de los Everglades.

Eve Samples, directora de los Amigos de los Everglades, enfatizó la importancia de comprender cómo las actividades en una zona pueden influir en el ecosistema más amplio. Mientras tanto, Bryan Griffin, portavoz de DeSantis, defendió el proyecto como necesario para la preparación de deportaciones masivas y sostuvo que no tendría impacto ambiental perjudicial.

Activistas también han expresado su frustración por el desinterés gubernamental ante las consecuencias relacionadas con la industria turística de la región y la salud del ecosistema local. Jessica Namath, fundadora de Floridanos por las Tierras Públicas, destacó la desconexión de los políticos ante la realidad ambiental de los Everglades.