Refugio pionero en Bogotá
18/07/2025 | 11:16
Redacción Cadena 3
BOGOTÁ (AP) — Paul desconfió de los humanos. Mayita se aferra a la pierna de su cuidadora cuando tiene miedo. Zeus está listo para defenderse de otros perros. Todos tienen en común el abandono, el maltrato y su nuevo hogar: un colegio estatal de la capital colombiana.
Los perros esperaron cada mañana en sus cestos a que llegaran los niños, les abrieran la puerta, pusieran sus correas e iniciaran la jornada de entrenamiento. Paul y Zeus necesitaron un bozal, aún desconfiaron de los humanos y pudieron morder, mientras Mayita brincó confiada sobre los niños.
Cada niño cuidador con su perro atravesó una cancha de baloncesto y esquivó a los otros alumnos que revolotearon jugando. En pocos minutos llegaron a una carpa marcada como “Amigos de 4 patas”, el nombre con el que fue bautizado el proyecto que comenzó hace una década y ha rescatado y dado en adopción a más de 580 perros y gatos.
En la carpa, los niños aprendieron adiestramiento canino: ofrecieron salchichas a los perros cuando lograron poner sus cuatro patas encima de una plataforma. También practicaron yoga y, al ritmo de música relajante, incienso y una campana tibetana, los niños respiraron y acariciaron a los perros.
El refugio se ubicó dentro del Colegio Delia Zapata Olivella, en el noreste de Bogotá, y recibió reconocimientos de la alcaldía como un proyecto pionero en la construcción de un “aula animalista”.
El colegio no tuvo una cátedra animalista ni planeó un refugio. Todo sucedió casi por casualidad cuando la profesora de tecnología Andrea Murcia Rodríguez enseñó a los alumnos un video en el que le quitaban la piel a los zorros.
El impacto fue inmediato y los niños equipararon al zorro con los animales a su alrededor. Así inició la tarea de alimentar perros en la calle. Sin embargo, uno de ellos se rehusó a comer. La profesora lo llevó a la veterinaria y descubrieron que su hocico había sido cerrado con una grapadora industrial.
Mickey, como lo bautizaron, fue sometido a tres operaciones y se convirtió en el primer rescatado.
“Nosotros empezamos a escondidas porque esto es una entidad pública, un colegio. Entonces les dábamos de comer a los que llegaban, pero entraban a escondidas en las maletas” de los niños, relató Murcia a The Associated Press.
Pero el escondite no fue suficiente cuando llegaron a cinco perros.
Cuando el secreto se terminó, iniciaron las labores para establecer un refugio formal con dos retos: convencer a las autoridades educativas de apoyar una actividad sin precedentes y buscar recursos.
Al inicio no supieron mucho sobre el cuidado de los animales, más allá de la vocación por hacerlo. Así que empezaron a buscar convocatorias para capacitarse en adiestramiento canino y financiar sus gastos que rondaron los 500 dólares mensuales.
Así lograron levantar desde cero un aula acondicionada para los animales, incluidos 10 espacios para perros y un cuarto para gatos, en lo que antes fue una esquina olvidada del colegio.
El docente Francisco Paz, uno de los líderes del refugio, creyó que el proyecto educativo —que se convirtió en una clase fija para los alumnos— es “restaurador” en doble vía: para los animales maltratados y para los niños que se prepararon en el manejo de sus emociones.
“Hemos tenido un número de situaciones inmenso: casos de (ideas de) suicidio, de no hacer nada por sus vidas, de a futuro querer ser delincuentes... Pero el acercamiento hacia los perros los hace sentirse que sí son importantes para algo bueno”, aseguró Paz.
María Alejandra Molano, de 14 años, contó que se inscribió en el colegio animada por el refugio para animales. Allí encontró un mundo alejado del bullying que sufrió cuando era más pequeña.
“Yo era una de las personas que ni siquiera me gustaba acercarme a la gente. Prefería callar muchas cosas y el proyecto me ha enseñado cómo los animales nos protegen a nosotros”, relató Molano, quien sueña con estudiar veterinaria y crear su propia fundación.
¿Qué tipo de refugio hay en el colegio colombiano?: Un refugio para perros y gatos maltratados que busca darles una segunda oportunidad. ¿Quiénes participan en este refugio?: Los alumnos del Colegio Delia Zapata Olivella, quienes se encargan de cuidar y entrenar a los animales. ¿Cuándo se inició el proyecto?: El proyecto comenzó hace más de una década, a partir de una iniciativa de los estudiantes. ¿Dónde está situado el refugio?: El refugio se ubica dentro del Colegio Delia Zapata Olivella en Bogotá, Colombia. ¿Por qué es considerado un proyecto pionero?: Porque trabaja en el enfoque animalista y permite a los estudiantes aprender sobre el cuidado de los animales mientras mejoran su bienestar emocional.
[Fuente: AP]
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