Luis Arce advierte sobre crisis de dólares que acecha a Bolivia

El presidente de Bolivia, Luis Arce, abordó la crítica crisis de divisas que enfrenta el país, reconociendo que las reservas en dólares apenas permiten cubrir los gastos diarios en importaciones de combustibles y el pago de la deuda externa. Sin un margen para satisfacer el mercado cambiario, la situación podría desembocar en "una convulsión social".

"Actualmente vivimos al día. Todos los dólares disponibles se destinan principalmente a la importación de combustibles (gasolina y diésel) y al pago de la deuda. No hay recursos para hacer frente al mercado cambiario adicionalmente," confesó Arce durante su intervención en el programa Fama, Poder y Ganas.

El mandatario culpó directamente a la "derecha" y a los legisladores cercanos al expresidente Evo Morales por obstaculizar la aprobación de créditos externos en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Según Arce, este bloqueo ha impedido inyectar recursos vitales en la economía nacional en un momento crítico.

El presidente también subrayó que, incluso si se aprobaran de inmediato los 1.800 millones de dólares en créditos pendientes, no se resolvería el problema, ya que esos fondos llegarían de forma gradual.

Arce advirtió sobre un potencial escenario de convulsión social si la oposición continúa bloqueando recursos, lo que podría, a su vez, favorecer políticamente a Evo Morales.

Bolivia enfrenta crecientes tensiones sobre el tipo de cambio oficial, que se mantiene artificialmente anclado en 6,97 bolivianos por dólar desde hace más de diez años. En contraste, en el mercado paralelo la divisa estadounidense alcanza los 16 bolivianos, lo que ha creado distorsiones, especulación, escasez de productos importados y aumento de precios.

"El dólar no volverá a 6,97", sentenció Arce, refiriéndose al incremento en los costos de las importaciones a raíz del aumento global de precios y de la disminución en la producción interna de hidrocarburos.

Según estimaciones oficiales, se prevé que Bolivia no pueda recuperar niveles de producción significativos de gas y petróleo hasta 2026 o 2027, lo que agudiza la dependencia de importaciones para satisfacer la demanda interna.