Los paramilitares sudaneses toman control de una zona estratégica fronteriza

EL CAIRO, Egipto (AP) — Los paramilitares sudaneses, involucrados en un conflicto con el ejército nacional desde hace más de dos años, proclamaron haber tomado el control de una zona crítica en la frontera con Libia y Egipto.

Las Fuerzas de Apoyo Rápido emitieron un comunicado el miércoles, indicando la captura del triángulo fronterizo, lo que aumenta su influencia en una franja limítrofe que ha estado marcada por el caos durante más de diez años.

Este anuncio se registró horas después de que el ejército sudanés informó haber evacuado el área como parte de “sus medidas defensivas para contrarrestar la amenaza” de los paramilitares.

El ejército acusó el martes a las fuerzas del comandante libio Khalifa Hifter de colaborar con el ataque de las FAR en la región, considerándolo una “agresión descarada contra Sudán, su territorio y su población”.

Las tropas de Hifter, que tienen control en el este y sur de Libia, negaron tal acusación y afirmaron en un comunicado que las alegaciones del ejército eran “un intento evidente de desviar la atención de la crisis interna de Sudán y crear un enemigo externo ficticio”.

Este ataque en la zona fronteriza se suma a la reciente escalada de la guerra civil en Sudán, que comenzó en abril de 2023 debido a importantes discordias entre el ejército y las FAR, resultando en violentos enfrentamientos en las calles de Jartum que rápidamente se extendieron por todo el país.

En el conflicto habían fallecido al menos 24,000 personas, aunque se estima que el número real es considerablemente mayor. Aproximadamente 13 millones se vieron obligados a abandonar sus hogares, de los cuales cuatro millones huyeron a naciones vecinas, generando la más grave crisis humanitaria del mundo, con algunas áreas del país cayendo en la hambruna.

Las hostilidades han estado marcadas por atrocidades, que incluyen violaciones masivas y asesinatos motivados por criterios étnicos, considerados crímenes de guerra y de lesa humanidad, particularmente en Darfur, según reportes de la ONU y organizaciones de derechos humanos.

Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.