Las posibles reacciones de Irán a los recientes ataques de EE. UU. sobre su programa nuclear

Irán ha dedicado décadas al fortalecimiento de su capacidad militar a nivel nacional y regional con el fin de disuadir ataques de Estados Unidos. La participación activa de EE. UU. en la guerra con Israel podría llevar a Irán a utilizar esas capacidades antes reservadas.

Esto podría desencadenar una serie de ataques contra las fuerzas estadounidenses en Oriente Medio, la interrupción de rutas estratégicas para la navegación global del petróleo o el aceleramiento de su desarrollo armamentístico nuclear, tras los recientes ataques a sus instalaciones.

Adoptar una postura ofensiva contra Estados Unidos y sus aliados en la región le proporcionaría una amplia gama de objetivos más accesibles, especialmente más cercanos geográficamente que Israel, optimizando el uso de misiles y drones. Aunque Estados Unidos e Israel disponen de capacidades militares muy superiores, estas no siempre se han mostrado decisivas en el contexto de sus intervenciones recientes en la región.

Desde el inicio del conflicto con Israel, tras un ataque aéreo sorpresivo a sus instalaciones militares y nucleares el 13 de junio, líderes iraníes, desde el más alto nivel, han advertido a EE. UU. sobre las repercusiones nefastas que podría conllevar su intervención.

Queda por ver si esas advertencias fueron meras amenazas o presagios de lo que podría suceder.

Acciones potenciales de Irán

Una primera respuesta posible sería el ataque al estratégico Estrecho de Ormuz. Esta área, vital para el tráfico global de petróleo, podría convertirse en un campo de batalla, donde Irán, equipado con lanchas rápidas y minas navales, intentaría impedir el paso de barcos, lo que repercutiría en los precios internacionales del petróleo y afectaría a la economía estadounidense.

Estados Unidos, con su 5ª Flota en la región, ha prometido asegurar la libertad de navegación, pero un conflicto, aunque breve, podría paralizar el tráfico marítimo y generar pánico en el mercado petrolero.

Acciones contra bases estadounidenses

Las fuerzas estadounidenses están fuertemente posicionadas en la región, con bases permanentes en Kuwait, Bahréin, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, ubicaciones más próximas a Irán que Israel. Estas instalaciones poseen sistemas de defensa aérea sofisticados, pero su proximidad a Irán podría llevar a un impacto inmediato en la seguridad.

Irán también podría optar por atacar infraestructuras energéticas en los países vecinos, buscando aumentar el precio del petróleo en represalia por la intervención de EE. UU. El ataque drone en 2019 a instalaciones petroleras en Arabia Saudita, que se atribuyó a Irán, es un claro ejemplo de esta estrategia.

Activar a sus aliados

El llamado Eje de Resistencia, compuesto por grupos proiraníes en Oriente Medio, ha disminuido en capacidad desde que comenzó la guerra con Israel, pero podría ser utilizado por Irán para intensificar la situación. Grupos como los hutíes en Yemen podrían retomar sus ataques si EE. UU. se involucra en el conflicto, utilizando drones y misiles.

Además, Irán podría optar por atacar más allá de la región, recordando los actos terroristas atribuidos a Teherán en el pasado, como el ataque a un centro judío en Argentina en la década de 1990.

Programa nuclear

Aunque los efectos de los recientes bombardeos pueden tomar tiempo en ser evaluados, se teme que incluso los ataques coordinados de EE. UU. e Israel solo retrasen la capacidad iraní de desarrollar armas nucleares, en lugar de destruirla por completo. Irán podría intensificar sus esfuerzos nucleares después de estos eventos, retirándose del Tratado de No Proliferación Nuclear.

A pesar de las afirmaciones de Irán sobre un programa nuclear pacífico, la sociedad internacional observa con preocupación sus actividades de enriquecimiento de uranio, que se acercan al umbral militar. Las agencias de inteligencia pueden considerar que Irán no ha tenido un programa nuclear militar organizado, pero el desarrollo continuado mantendrá al mundo en alerta.

Este contexto de tensión y amenaza podría marcar un giro significativo en el conflicto entre Irán y Estados Unidos, con implicaciones que podrían afectar a toda la región y más allá.