Iniciativa política de la izquierda chilena
26/09/2025 | 11:43
Redacción Cadena 3
SANTIAGO (AP) — Por primera vez desde el retorno de la democracia en 1990, una exponente del comunismo renovado en Chile lideró a la izquierda en una carrera presidencial. Jeannette Jara competirá en los polarizados comicios luego de haber ganado con más del 60% de los votos en las primarias del oficialismo para las elecciones del 16 de noviembre en el país sudamericano.
Impulsada por sus logros al frente del Ministerio del Trabajo en el gobierno de Gabriel Boric y una cuidadosa campaña digital que apostó por el diálogo y la moderación, Jara, de 51 años, supo dulcificar el mensaje comunista tradicional.
La dirigente política, que se presentó como la “candidata de la coalición de centroizquierda del país”, lideró las encuestas codo a codo con el candidato de extrema derecha, José Antonio Kast, quien acusó al Partido Comunista (PC) de “camuflarse” para atraer más seguidores.
Ambos se alternaron a la cabeza de las principales encuestas, con un apoyo de entre 24% y 30% de intención de voto.
Jara acaparó la atención tras abrir un debate sobre la llamada “descomunización” en el país, que conllevó el alejamiento de las posturas más ortodoxas del tradicional PC.
Nacida el 23 de abril de 1974 en la comuna de Conchalí de la capital chilena, Jara es abogada y militó desde los 14 años en el Partido Comunista. Sus más de tres décadas de trayectoria política comenzaron en las Juventudes Comunistas, durante los últimos años de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990).
Hija de una ama de casa y un mecánico, es la mayor de cinco hermanos y la primera egresada universitaria de su familia. Se desempeñó como subsecretaria de Previsión Social durante el segundo mandato de Michelle Bachelet (2014-2018) y tuvo una destacada carrera como dirigente estudiantil y social.
En 1997 fue presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago y posteriormente ejerció como administradora pública en el Servicio de Impuestos Internos, donde también fue dirigente sindical de la Asociación de Fiscalizadores.
A ella se le atribuyeron algunos de los logros sociales más importantes del saliente gobierno.
Durante su gestión como ministra de Trabajo, logró la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, la implementación de una ley contra el acoso laboral y la reforma de las pensiones. También lideró las negociaciones para el aumento del salario mínimo, que a partir del 1 de enero ascenderá a 539.000 pesos (unos 565 dólares) y selló acuerdos tanto con empresarios como con la oposición.
“Ella impulsó todas estas reformas; entonces, tiene un vínculo (con los trabajadores) y además es muy empática, simpática, no es la política tradicional. Eso a la gente le gustó mucho, por lo que ganó cierta adhesión”, explicó a The Associated Press Claudio Fuentes, director del Instituto de Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales de Chile.
Su estilo político se caracterizó por la firmeza ideológica, pero también la aptitud para el diálogo, lo que le permitió sortear tensiones dentro del gobierno y su partido. Al igual que otros exponentes de la nueva generación política de Chile, como la vocera del gobierno, Camila Vallejo, y la diputada Karol Cariola, es parte de un cambio en las filas del PC.
Desde la campaña para las primarias de junio, Jara se distanció de la línea oficial del partido. No respaldó públicamente a los regímenes de Venezuela o Cuba y, en la esfera económica, defendió alianzas entre los sectores público y privado.
Además, mantuvo un pulso firme con el presidente del PC, Lautaro Carmona, y demostró autonomía respecto a las posturas de su formación.
“Yo no soy la candidata del Partido Comunista, soy la candidata de la coalición de centroizquierda”, repitió Jara en referencia a la alianza que aglutina al Frente Amplio, Partido Socialista y Partido Liberal, entre otros.
Será la primera candidata comunista desde el retorno a la democracia en ser respaldada por la izquierda de cara a una elección presidencial tras imponerse en unas primarias oficialistas.
“Dentro del Partido Comunista hay dos almas: un alma más radical, más del movimiento social, que está por empujar cambios más radicales, y una que está más por establecer acuerdos y que coincide con una brecha generacional” de la que forma parte Jara, señaló Fuentes.
A diferencia de los ideales comunistas en tiempos de la Guerra Fría, como la creación de una sociedad sin clases y la gestión de la economía por parte del Estado, en Chile los mensajes se suavizaron. Los comunistas de las nuevas generaciones se centraron en la conquista de derechos sociales, el fortalecimiento del Estado del bienestar social y la reducción de la desigualdad.
El Partido Comunista fue blanco de la dictadura de Pinochet y tuvo el mayor número de militantes muertos, según Fuentes.
Contrario a otras expresiones de formaciones comunistas en el mundo, el PC de Chile, fundado en 1922, se caracterizó desde sus inicios por un “discurso más conservador o moderado”, mientras que eran otros sectores de la izquierda, como los socialistas, los que defendían cambios radicales y buscaban la “revolución”, acotó Fuentes.
A eso se suma su “larga tradición” y la adhesión de intelectuales —entre ellos el escritor Pablo Neruda—, quien se presentó como precandidato presidencial por la formación en 1969. Era una corriente “que hablaba de un comunismo que representaba demandas sociales, pero desde una élite intelectual muy educada y que tenía mucha cultura”, agregó el politólogo.
El PC ya se consolidó entre las formaciones históricas de la política chilena, añadió a su vez la analista Michelle Hafemann, de la Universidad de Chile.
“Hay ministros y parlamentarios del PC, entonces hace rato que en Chile el PC se popularizó y se movió hacia la corriente más tradicional de la política”, sintetizó la analista. “La sociedad general no tiene esa idea del fantasma comunista”.
Pese a que representa un partido solidificado en la política nacional, la candidatura de Jara aún se enfrenta al desafío de ampliar su base de apoyo, en medio de unas elecciones marcadas por el batacazo del actual gobierno y en las que la ultraderecha ganó terreno.
La desaprobación al gobierno de Boric superó el 66% en agosto.
“El problema que tiene Jara es que le tiene que hablar a todo el país, a los 12 millones que van a ir a votar, cuando hasta el momento logró un 30% de apoyo”, matizó Fuentes.
Su programa, así como los de sus rivales en la contienda electoral, se centró en las principales preocupaciones ciudadanas. Puso énfasis en el combate a la creciente delincuencia, la atracción de inversiones públicas y privadas y la creación de empleo con mejores condiciones laborales.
Relegó a un segundo plano el debate sobre el aborto libre, los derechos indígenas, la desigualdad o los ajustes en la Constitución.
Jara confió en acaparar el apoyo de los jóvenes, protagonistas del estallido social de 2019 y 2020 que puso contra las cuerdas el sistema político de Chile en los disturbios más violentos desde 1990. Decenas de miles de personas salieron a protestar contra las bajas pensiones y el elevado costo de vida, y pidieron la redacción de una nueva Constitución que reemplazara a la heredada por la dictadura de Pinochet.
“Los jóvenes hoy en Chile tienen una realidad muy desesperanzadora, miran hacia el futuro con mucha incertidumbre y su candidatura provee algo de esperanza de tener una sociedad que sea distinta”, dijo la estudiante Francisca Muñoz, de 24 años.
¿Quién es Jeannette Jara? Jeannette Jara es una abogada chilena, exministra de Trabajo y candidata presidencial del comunismo renovado, con una trayectoria política desde los 14 años.
¿Qué medidas ha impulsado Jeannette Jara? Durante su gestión logró la reducción laboral a 40 horas, una ley contra el acoso laboral y aumentos del salario mínimo.
¿Cómo se diferencia del comunismo tradicional? Jara combina firmeza ideológica con diálogo, distanciándose de la línea oficial del Partido Comunista y evitando respaldos a regímenes como los de Venezuela y Cuba.
¿Cuáles son los principales desafíos de Jeannette Jara? Ampliar su base de apoyo para las elecciones, especialmente ante un gobierno con alta desaprobación.
¿Quiénes serían sus posibles aliados? Busca el apoyo de los jóvenes, protagonistas del estallido social que exigió una nueva Constitución en Chile.
[Fuente: AP]
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